EL DIABLO VIENE POR NOSOTROS.

Parte sin título 7

Eran ya las 2:27 p.m. y Sofía se encontraba en su escritorio y Sofía se encontraba en el baño dándose una ducha. Mientras el jabón corría con el agua por su rostro, no se fijó que en el reflejo del espejo que tenían incrustado en una pared del baño se reflejaba al igual que Camila y José unas marcas, pero en ella estaban un poco más debajo de la parte trasera de su hombro derecho, es decir en la parte del pulmón.

Una vez termino de ducharse, sale del baño con la toalla alrededor de su cuerpo tapando sus partes íntimas, cuando pasa por la sala de estar para llegar a su habitación se encuentra a su madre sentada en el sofá viendo la televisión, y al momento de pasar en medio del televisor su madre vio las marcas que tenía en la espalda; cosa que hizo que abriera los ojos para poder ver mejor. Después de ver bien, antes de que Sofía entrara a su habitación la llamó.

— ¡Sofía!

— Dime mamá ¿Qué pasa?

— ¿Qué son esas marcas en tu espalda?

Sofía se quedó viendo a su madre confundida por lo que le estaba preguntando así tan de repente. —¿de qué hablas? —. Responde ella.

— ¿Cuáles marcas dices?

— Mírate en el espejo y veras lo que digo—. Dijo ella mientras se paraba del sofá. Sofía con la mirada llena de confusión le hizo caso a su madre y se paró de espaldas en el espejo del lado de la pared donde se encontraba el televisor, después de mirarse por unos momentos, pudo afirmar que lo que su madre le había dicho era verdad. Tenía unas marcas en su espalda.

— ¿te arañó un gato o con que te hiciste eso?

— Como me va a arañar un gato si ni tenemos.

— ¿entonces?

Sofía se seguía mirando y mientras lo hacía se pasó un dedo para sentir si le dolía, pero no, no sentía dolor alguno. —no se... no recuerdo haberme causado esto—. Respondió ella incrédula, pero al instante recordó la pregunta que Camila le había hecho antes de irse. —qué raro—. Murmuró.

— ¿Qué?

— Camila después de que tu saliste a la tienda a comprar lo del almuerzo, antes de ella irse me mostró su brazo derecho el cual también tenía 3 marcas al igual que yo, y me preguntó si yo le había causado eso en el momento en que fui a despertarla, pero le respondí que no. Que solo la había movido un poco, y solo se quedó confundida al igual que yo en este momento.

Su madre quedo aún más confundida. — ¿también Camila tiene eso? —. Preguntó —sí, pero...

— Pero ¿Qué?

— La verdad es que no se.

— ¿y si fue José quien les hizo eso? — exclamo Karina.

— No, no creo, pero de todos le preguntaré.

Dicho esto, Karina la madre de Sofía no dio más nada y se volvió a recostar en el sofá, mientras Sofía se quedó mirando por un breve momento su espalda, pero después hizo un puchero haciendo parecer que no le importaba y se entró a su habitación.

Siendo ya de tarde, prácticamente las 7:00 p.m. de la noche, Camila se encontraba aplicándose un poco de maquillaje en el rostro, al igual que se ponía unas pestañas y terminaba de arreglarse el cabello.

— hija ¿ya esta lista? —. Dice lucero abriendo la puerta de la habitación de Camila.

— ¡Huy! hija Pero que linda te vez.

— Gracias mamá.

— Ese jean azul con esa blusa blanca y esa chaqueta negra te queda muy bien.

— Y a ti ese vestido descotado también te queda bien.