STELLA
Jully me observa con una sonrisa pícara en los labios.
—¿Hay algo que quieras contarme? —la miro sin entender muy bien a que se refiere.
—¿Algo que quiera contarte? ¿Cómo qué? Mi amiga se encoje de hombros.
—No lo sé, en el último par de días has estado mirando el celular y colocando una sonrisa peculiar en el rostro.
Resoplo. Termino de guardar las cosas en las últimas cajas, después de horas de meditación, decidí que no podía deshacerme de las cosas de mi antiguo centro holístico con tanta rapidez, sería como colocarme la soga al cuello y saltar hacia el vacío.
Me lanzaría directo a mi muerte.
Así que decidí ir paso a paso, Jully no estuvo muy de acuerdo cuando le dije que quería comenzar las cosas que tenía en mi departamento. Quería sentir que mi hogar, de nuevo es eso, un hogar. Pero con tantos recordatorios, dudo mucho que pueda conseguirlo. Así que opté por guardar las cosas en cajas, y lanzarlas al fondo del armario. De esa forma, podría irme despidiendo poco a poco de todos los recuerdos que tienen consigo.
El celular suena, volteo hacia la mesita de noche, la pantalla resplandece y en cuanto leo el nombre de Harry en la pantalla, una sonrisa curva mis labios.
—¡Ahí está! —el gesto se borra de mis labios de forma inmediata —Stella James, ¿vas a decirme que es lo que está ocurriendo?
Resoplo por segunda vez.
—No está ocurriendo nada.
Me aseguro de que la caja está cerrada antes de tomar el celular y guardármelo en el bolsillo. Jully me sigue hacia fuera de la habitación, mientras nos movemos hacia la habitación de invitados que es donde planeo guardar todas las cajas hasta encontrar el destino adecuado para ellas, mi amiga no deja de insistir.
—Si estás saliendo con alguien no tienes porqué ocultármelo —insiste cuando estamos de vuelta en mi habitación —de hecho, me sentiría muy feliz por ti.
Giro sobre mi eje consiguiendo encararla, ella se detiene abruptamente para no chocar contra mí.
—No estoy saliendo con nadie, y de ser así, ¿por qué habría de decírtelo? A las personas les gusta su privacidad, Jull.
—Soy tu mejor amiga, me ofendería mucho no saber cuando estás saliendo con alguien. Resoplo por tercera vez, a este paso, se convertirá en un hábito.
—No.salgo.con.nadie —hago énfasis en cada una de las palabras. —Ahora deja de insistir, porque no quiero terminar estrangulándote y quedarme sin mi única amiga.
Jully eleva las manos en señal de rendición, pero la sonrisa divertida que mantiene en los labios me dice que no planea rendirse por mucho tiempo, como suele decir, ha perdido una batalla, no la guerra.
Cuando se ha marchado, y tengo la seguridad de que está lo suficientemente ocupada como para preocuparse en volver, saco el celular.
Mi sonrisa vuelve.
Harry J: "Son las diez de la mañana y si tengo que pasar un minuto más respondiendo preguntas sobre si es posible sobrevivir a un agujero negro, voy a lanzarme de un puente"
Una corta risa brota de mis labios.
Yo: ¿Los universitarios son complicados? Creí que lo tenías bajo control.
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Cuando las estrellas colisionan.
RomanceUna astrologa que ha perdido a su hermano en un accidente de auto. Un astrónomo con una oportunidad excepcional para pertenecer al Observatorio Naval de los Estados Unidos... hasta que el lugar destinado a él... se lo otorgan a otra persona... su h...