17.- Chispa de esperanza

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STELLA

Estoy sentada frente a mi computadora, la pantalla iluminando tenuemente la habitación en penumbra. El cursor parpadea en el recuadro vacío del editor de mi blog, donde debería estar escribiendo algo. Algo que no sé si quiero escribir. Han pasado meses desde la última vez que publiqué, y desde entonces, el sitio ha acumulado polvo virtual. El silencio que dejé atrás es tan pesado como las palabras que no me atrevo a escribir.

Miro la pantalla, mis dedos descansan sobre el teclado, pero no se mueven. Respiro hondo preguntándome si realmente esto es una buena idea.

La última entrada sigue ahí, congelada en el tiempo. Una versión de mí, de hace mucho, que creía en las estrellas, en los planetas, en el destino. ¿Qué diría esa Stella si me viera ahora?

Desde que hablé con Harry, no puedo dejar de pensar en lo que me dijo. No quiero quedarme estancada, no quiero seguir atrapada en este lugar que me parece un vacío sin fin. Frank siempre decía que la vida no esperaba a nadie. Y él, más que nadie, odiaba la idea de ver a alguien detenido, paralizado por el miedo o la tristeza.

Aprieto los párpados, ¿realmente puedo seguir adelante? No sé en realidad si el hecho de escribir algo en el blog pueda ayudar en algo. ¿Y si realmente solo termino empeorándolo?

—Vamos Stella, no puedes ser tan cobarde —me reprendo a mi misma.

Dudo.

—Tal vez podemos echar un vistazo antes de escribir —susurro —si todo el mundo me odia en redes entonces tengo mi respuesta.

Debo parecer bastante demente hablando sola frente a una computadora, pero justo ahora no le presto atención a esa vocecilla interior que me dice que estoy cerca de perder la cordura.

Me tomo unos segundos antes de deslizar la pantalla por el muro principal del blog, pero lo que encuentro al principio es un muro de críticas que me golpea en el pecho.

"Sabía que todo esto era una farsa. Las estrellas no pueden decir nada. Solo estaba jugando con la gente."

Mis dedos tiemblan levemente sobre el mouse mientras hago clic en el siguiente comentario:

"Eres una mentirosa. Nos hiciste creer que tenías respuestas. Nunca las tuviste."

Las palabras me golpean en el estómago. Aún me afecta leer esto, aunque sabía que era inevitable que aparecieran mensajes así. A pesar de todo lo que he intentado racionalizar, sigue doliendo.

Otro me llama estafadora. "Solo engañas a la gente. No puedo creer que alguna vez te seguí".

Aprieto los puños sobre el teclado, sintiendo una presión en el pecho. Estas palabras me hirieron antes, y creo que siguen teniendo el poder de hacerlo. Fueron uno de los motivos por los que dejé de escribir. Y en el fondo, esas voces no son tan diferentes de la mía, de los pensamientos que me persiguen desde la muerte de Frank.

Muevo el cursor hacia abajo, intentando no concentrarme demasiado en los comentarios negativos. Ahí está uno que es distinto, más amable.

"Stella, tu blog me ayudó en los momentos más difíciles de mi vida. Siento mucho que hayas dejado de publicar, pero espero que estés bien. Eres una inspiración para muchas personas. Ojalá vuelvas pronto."

Mi corazón se aprieta. No esperaba que alguien dijera algo así. No esperaba que mi ausencia hubiera significado tanto para alguien. Paso a otro comentario:

"Extraño tus publicaciones. Siempre leías las cartas con una sensibilidad que me ayudaba a comprender cosas sobre mí misma. Entiendo si necesitas tiempo, pero quería que supieras que muchos de nosotros seguimos aquí, esperando."

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Cuando las  estrellas colisionan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora