14.- Una verdad para contradecir

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STELLA

He pasado la última hora con la cabeza metida en el closet intentando encontrar una prenda lo suficientemente decente como para llevar al observatorio.

He intentado no pensar demasiado en lo que eso significa, los recuerdos de lo que ocurrió la última vez que estuve ahí siguen frescos en mi memoria, pero trato desesperadamente de no mantenerlos mucho tiempo entre mis pensamientos, además, si tengo suerte...puede que tal vez nadie note mi presencia.

—¡Lo tengo! —el grito de Jully llega hasta la habitación, me aparto del closet mientras sus pasos apresurados se escuchan más y más cerca.

Mi amiga ingresa casi corriendo a mi habitación.

—Tuve que revolver todo mi armario, pero creo que tengo el vestido perfecto —dice con una sonrisa.

Cuando lo miro, creo que no puede haber un mejor vestido que este.

—¿Qué opinas?

—Que me has salvado —respondo acercándome —es perfecto.

Es un vestido negro sencillo, pero elegante. Jully se aproxima hasta donde me encuentro, aún llevo la bata de baño, y el cabello húmedo recogido con una pinza.

—No puedo creer que en serio vayas a asistir —dice mientras saca el vestido del gancho para poder ayudarme a ponérmelo.

Llevamos el suficiente tiempo de amistad como para no preocuparnos por sentir vergüenza al mirar a la otra en ropa interior. La suave tela del vestido se desliza por mi cuerpo mientras proceso que en serio estoy a menos de una hora de presentarme en un evento lleno de personas con las que nunca me imaginé convivir.

—Ni yo —admito —pero no puede ser tan malo, ¿o sí?

—No —dice Jully —incluso puede ser divertido.

Ambas compartimos una risa. Jully sube el cierre y cuando observo mi reflejo en el espejo, no puedo evitar sonreír.

El vestido es de satén, cae suavemente hasta mis tobillos. Posee un escote en V profundo que lo dota de un toque sofisticado y el par de tirantes finos que lo complementan realzan mis hombros. La parte superior del vestido es ajustada, destacando mi figura, mientras que la falda se abre ligeramente en un corte evasé, permitiendo un movimiento fluido y elegante.

—Harry va a estar muy impresionado —dice con una sonrisa. —¿Te ayudo con el maquillaje?

Asiento. Es así que durante la siguiente media hora, dejo mi aspecto en manos de mi amiga. Jully es completamente hábil cuando se trata de maquillaje y peinados, y esta vez parece lucirse. Peina mi cabello en un moño suave y pulido, dejando un par de mechones sueltos a los costados de mi rostro.

—¿Recuerdas que solíamos hacer esto antes de las lecturas importantes? —pregunta tan de repente que me toma con la guardia baja.

—Si —susurro levemente —era divertido.

—Como tu mejor amiga, me siento con la libertad de decir que estoy tan feliz de que estés siendo de nuevo tú.

Me incorporo, la miro intentando no ponerme sensible ahora.

—No creo que...

—Stell, hace seis meses ni siquiera te hubieses planteado acudir al observatorio naval a una reunión, comienzas a hacer las cosas que la antigua tú, hacía. Y eso me hace tan feliz porque odio ver que mi mejor amiga pierda su brillo.

Sonrío conmovida.

—Gracias, Jull. En serio.

—Puedes hacer esto, estarás bien y seguro que Harry será la envidia por llegar con tan preciosa mujer.

Cuando las  estrellas colisionan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora