ocho

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Wen Rouhan oía la elocuencia, de su amado Lan, al parecer había algo que había cambiado dentro de la organización de la cerrada secta Lan, quizás ahora podría gestionar por lo menos que su hijo conociera a su padre, convivir con él aunque sea por debajo del agua, así que hizo un pequeño recado hacia el mayor de los Lan para concretar una reunión y pactar algunos acuerdos que  su hijo mayor pueda conocer a su otro padre biológico.

Quirent recibió el recado de su viejo amor, después de arreglar el concubinato de su sobrino mayor y su recién adquirido esposo, se dirigió a una de las salas de reuniones que su yerno, le concedió para que hablara con el lider Wen, Wangji lo acompañaba para que ese toro de lidia no dejará cuadraplejico a su tío con la reconciliación, dentro de la habitación Wen Rouhan se amarraba a la silla, para no saltar sobre su viejo pero aun fuerte amor, a pesar de las décadas que tenían de no ser íntimos, el doncel mayor seguia siendo tan hermoso, como el día que se enamoro de él.

Buenas noches lider de Quishan Wen, estamos aquí para atender su solicitud, dijo el mayor de los Lan mientras tomaba asiento frente al hombre, justo al lado su sobrino menor, muchas gracias por atender este llamado,  espero podamos llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes, el lider Wen escuchaba  atentamente lo que su contemporáneo hablaba.

Después de escuchar a Quirent, fue turno de Rouhan de hacer su petición,  yo quiero que mi heredero conozca a su madre, que conviva con el y que puedan en un futuro ser una familia aunque sea de manera íntima y discreta, aseveraba el hombre poniendo especial cuidado en no exibir quien era la madre de su hijo pues no sabía que pensaría el jade menor de la situación.

Mientras los mayores se ponían de acuerdo en la recamara nupcial de los recién casados, Lan Xichen, Meg Yao y Nie Mingjue se daban más amor, más pasión y más de degustacion de empanada con salchicha de lo que se habían dado a lo largo de su vida sexual, Yao no sabía como diablos su coñito podía comerse esas dos mortadelas de sus ahora maridos, sin romperse en dos.

En el caso de los vergudos sexuales del recien casado, solo se vacíaban por quinta ves dentro de ese delicioso agujero, seguramente en algunas semanas tendrían las noticias de tener unos cuantos bollos en el horno, pero para bollos en el horno los de Wuxian estaban armando soberano safarrancho por no tener a su papi ahí consintiendo a su mamita.

Re*IniciandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora