One-shots Avalance y Supercorp

Avalance (+)

Ava. 20 años.

— ¿Segura que no quieres ir?— preguntó mi mejor amigo, Gary.

— Sí, no quiero ir. ¿Para qué iría?— pregunté obviando la situación.

— ¿Para divertirte?- preguntó él irónicamente— Jamás sales de tu cueva y una vez al año no te haría daño. Vamos, por favor— hizo un puchero. Suspiré.

— ¿Y qué me das?— alcé la ceja. Él me miró ofendido.

— Mi amor, mi cariño y mi amistad, ¿qué más necesitas?— reí. Graciosillo.

— Bueno, pero nos regresamos antes de las dos de la madrugada y tú hablarás con mis papás— él asintió repetitivamente con una sonrisa de oreja a oreja.

— Siguiendo cómo lo de antes, ¿hiciste la tarea que dejó Heywood?— asentí mientras bebía de mi café.

— Pásamela. Me fui anoche con John y no pude terminarla— sonreí mientras asentía.

— Está en aquella libreta de ahí— él tomó la libreta que le indicaba— Es de aquí hasta... Aquí.

— ¿¡Todo eso!?-— preguntó horrorizado. Asentí— ¡Son diez páginas, no alcanzaré a tenerlo para hoy!— alcé los hombros.

— Ni modo. La vida no siempre es como la deseamos— palmeé su espalda. Él suspiró.

— Maldito viejo rancio— murmuró entre dientes. Solté una carcajada.

Cómo amo a este sujeto.

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— ¿Llegarás tarde? ¿Alguien irá por ti? ¿Es un lugar limpio? ¿Habrá drogas? ¿Hombres? ¿Mujeres?— mamá preguntaba siguiéndome por toda la casa mientras preparaba la bolsa que llevaría.

— Relájate, mamá. No llegaré tan tarde, fue mi condición para ir con Gary y él me traerá de regreso sana y salva. Si no estoy aquí antes de las tres de la mañana, puedes llamar a la policía— ella asintió repetitivamente con el seño fruncido.

— No acepten nada de lo que te den gente que no conoces, no descuides tu vaso; no tomes tanto, intenta quedarte con Gary y no dudes en llamarme si te sientes incómoda e iré rápidamente por ti— sonreí y asentí.

Mi madre se preocupa tanto por mí que me extraña que me haya dejado ir sin aviso previo a ayer que Gary habló con ella. Sé que le ayuda con sus nervios que estaré con mi boy scout y agradezco que así sea.

— Ya me voy, despídeme de papá. Te amo, mamá— ella dejó un beso en mi mejilla y sonrió.

— Diviértete. Te ves fenomenal— John ya se encontraba recargado en el capó del auto.

Al ver que me acercaba, se paró y se despidió de mi madre con un gesto. Ella sonrió.

Sabe perfectamente que Gary es gay y yo lesbiana, pero cuando nos ve no puede evitar pensar en los niños de siete años que afirmaban, estaban enamorados del otro.

Conocí a Gary en primero de primaria y no me separé de él. Congeniamos rápidamente y se volvió en mi mejor amigo con seis meses de conocernos. Actualmente son trece años de una amistad muy linda.

— Ojalá hayan chicos lindos— habló él. Elevé la ceja.

— ¿Y John?

— No es nada serio aún, mientras sea soltero puedo hacer lo que quiera y lo seré hasta que sea formal. Supongo que puedo divertirme mientras— alzó los hombros.

— ¿Quién eres y qué hiciste con mi mejor amigo, el más fiel?— pregunté aparentando estar impactada.

— Algo me dice que él no quiere formalizar. No sé si por miedo o porqué, pero no quiero serle fiel a alguien que no me desea como yo a él— suspiró pesadamente y lo vi tristemente. Él realmente lo quiere mucho.