8. Cariño, estoy justo aquí

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La joven Sharpe, de dieciocho años de edad, se encontraba en camino a la escuela con su grupo habitual de amigos. 

Tenía tantas ansias de llegar a la escuela después del fin de semana para ver a su mejor amiga, aunque la realidad era que ella no quería llevar ese título en la vida de la chica de hermosos ojos azules, pues ella había estado secretamente enamorada de Lance desde los diez, pero nunca había tenido el valor para decírselo a la cara.

Ava.

Una vez entré al salón acompañada de Zari, Astra y Nora, busqué a mi rubia favorita, sin obtener resultados. No estaba en su silla.

— ¿Y Sara?— pregunté preocupada.

Ella suele ser muy puntual.

— ¿No te enteraste?— interrogó Zari con el ceño fruncido.

— ¿De qué? ¿Qué está pasando?— estaba realmente preocupada.

— Ella falleció el sábado pasado, están en busca de su expediente psicológico o algo que pueda dar señales de que fue un suicidio, eso parece. Las ventanas no están forzadas y la puerta tampoco, los padres de Sara y Laurel están preocupados, los sometieron a un polígrafo y los tres salieron bien. Ellos no fueron— explicó John calmado.

— No... Es gracioso— murmuré con la voz entre cortada suplicando por que fuera una broma.

No puede ser real. Ella no...

— No es una broma, Ava. Ella... Ya no está— comentó de igual forma.

— ¿Qué? ¿Cuando? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué?— interrogué una y otra vez desesperada. Un nudo creció en mi garganta.

— El sábado, en su habitación, en la bañera, los papeles dicen que fue a eso de las dos de la madrugada, cuando todos dormían, se cree que lo hizo porque estaba cansada de todo, tenía problemas emocionales que ya no podía controlar por sí sola, al parecer abusaron de ella cuando tenía alrededor de doce años y no ha podido superarlo, sus padres no lo sabían hasta que encontraron una carta en lo más remoto de su clóset. Todos ya sabíamos...— habló Green.

— ¿Todos sabían menos yo?— pregunté nuevamente  al ver a todos relativamente calmados.

— Sí— admitió Nora— . No queríamos que te frustraras con eso, Ava. Te conocemos, sabíamos que ibas a hacer todo lo posible por ir a la casa de los Lance e intentar ayudar, pero no te corresponde, les corresponde a los policías a cargo del caso.

— No pueden... Yo...— de pronto todo comenzó a pasar tan rápido en mi cabeza, solo quería ver a mi chica— ¿A qué hora es el entierro?

— El entierro fue ayer, pero hoy es el velorio comentó Nate.

— ¿A qué hora y en dónde?

— Dinah,  su madre, dice que será a las ocho— dijo Ray. 

— Necesito ir a verla— dije de pronto.

— Sabes que no la estarás viendo a ella, ¿cierto?— preguntó Charlie.

— Sólo denme la maldita dirección— murmuré molesta.

— Bien, es ésta— la morena me entregó un papel con una dirección— , solo nos preocupamos por ti- dijo suavemente.

— Ahí estaré, necesito verla— susurré.

De pronto, todo pasa a un segundo plano, las voces están distorsionadas y mis amigos se ven borrosos. Siento como mis piernas comienzan a fallar. Tan rápido como me dieron la noticia, caigo de rodillas en el suelo del aula, mi cabeza se golpea fuertemente y todos mis sentidos se apagan.

One-shots Avalance y SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora