LA CONFESIÓN DE ANA

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La tensión en el salón era palpable.  Ana, con una sonrisa forzada, me saludó con un entusiasmo que me pareció exagerado.  Sofía, con un tono nervioso, me preguntó por mi salud.  No podía entender por qué Ana se había puesto tan celosa al ver a Sofía.  ¿Acaso había algo entre ellas?  ¿O era solo una reacción exagerada?

Sofía me abrazó con un cariño que me hizo sentir incómodo.  ¿Habíamos sido tan cercanos en el pasado?

Ana, con un tono sarcástico, me dijo que el abrazo de Sofía me había hecho sentir mejor.  No podía evitar sentirme incómodo con su comentario.

Jon, con su tono burlón, intentó aligerar la tensión, pero la incomodidad seguía presente, pero lo dejamos de lado y actuamos normalmente al empezar la clase.

Al finalizar, Sofía me pidió mi número de celular.  No podía evitar sentirme intrigado.  ¿Por qué quería ella volver a contactarme?  ¿Acaso sentía algo por mí?

Mientras caminaba por el pasillo, con Félix y Jon a mi lado, mi mente se llenó de preguntas. Pero solo pregunté una de ellas.

—¿Qué clase de relación tenía con Ana y Sofía?

—No tengo mucha información sobre Ana y el tu del pasado. Solo se que ustedes dialogaban mucho por mensajes de texto — respondió Jon muy diferente a como me suele responder, acto seguido Jon continúa la respuesta.

— Sobre Sofía... Lo que me contaste hace dos años fue que dialogabas mucho con ella, sin embargo no se más información. Ustedes dejaron de hablar, eso no me lo contaste pero al no escucharte hablarme de ella, tuve que asumirlo.

En lugar de responder mi pregunta, me llené de más dudas e inquietudes. Así estuve todo el camino hasta llegar a casa, sin embargo los pensamientos seguían abundando en mi cabeza, asi que me recosté en mi cama para poder resolver mis dudas. Pero mi celular emitió el sonido de un mensaje de texto.

Para mí sorpresa se trataba de Sofía.

S: Hola Ian buenas noches 🖐

I: Buenas noches Sofía
¿Que tal?

S: Todo bien gracias por preguntar 😁
¿Qué haces?

I: echado en mi cama
¿tú?

S: Recién llegué a mi casa, estaba escuchando música en el camino.
¿En qué piensas esta vez? 🤔👀

I: En algunas cosas...
¿Cómo sabes que estaba pensando?

S: ¡Adivine!
jajaja
soy buena adivinando 😁
¡Bueno! Nos vemos mañana en clases, bay

I: Si está bien, nos vemos

Nuestra conversación fue corta, pero me dejó con una sensación de intriga. Es como si todo lo que escuchará me generara más dudas, intriga, estrés, etc. Me estaba poniendo a pensar demasiado. Así que dejé de indagar en mis pensamientos y me propuse vivir mi nueva vida, sin presionarme a recordar.

Al día siguiente, en clase, Ana me abrazó con fuerza, su perfume me llenó de una nostalgia que no podía identificar.  Jon, con su tono de queja, exclamó que Ana siempre me abrazaba a mí y a Félix, pero nunca a él.

Sofía, con una sonrisa pícara, le dijo a Jon que era un pervertido.

El profesor dio por terminada la clase.  Félix y Jon me invitaron a salir hoy, ya que siempre salía con ellos los sábados, asi me contaron.  Ana se apresuró a decir que también quería ir.

Entonces le iba a proponer la invitación a Sofía, pero Ana se opuso, diciendo que Sofía tenía clases de baile hoy y no podría asistir.

Al final, solo asistiriamos los cuatro. 

Al caer la noche, me encontré con Ana en el parque del pueblo.  Félix y Jon no estaban.  Ana, con una sonrisa forzada, me dijo que no pudieron asistir, sin dar más explicaciones.

Me sentia muy incómodo estar solo con ella, no la conocía muy bien aún. Pero no quería que la pase mal  —En fin, ¿Ahora qué deberíamos de...

El Ian del pasado era un chico muy alegre que le gustaba hacer reír a los demás, eras muy competitivo y siempre llamabas la atención de alguna manera. También eras algo tímido con las chicas. No sé cómo conseguiste novia, ja ja —dijo Ana, con un brillo extraño en sus ojos.

—¿Tenía novia? —pregunté, con un tono de gran sorpresa.

—Si, también tuviste una segunda novia— respondió Ana, con una sonrisa pícara.

—¿Enserio? Wao, y quién era? —pregunté, con un tono de curiosidad sin saber que la respuesta seria el inicio de un gran tsunami de dudas, en mi futuro.

Soy yo — respondió Ana, con un tono suave y una mirada que no se apartaba de mis ojos, me hizo sentir un poco incómodo.

—¿Eh?

La libertad de no recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora