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Se despertó sudando como si hubiera corrido una maratón, con el corazón querido salir de su pecho. Hace un tiempo había dejado de soñar con los Dursley. Pero claro tiene sentido que sueñe con ellos, precisamente hoy.

"Joven Adrien despierte es hora del desayuno" con ese llamado salió de sus pensamientos y salió de la cama.

"En un momento bajo" respondió antes de dirigirse al baño y limpiarse el sudor.

Una vez se aseo y vistió, bajo al comedor, tomo asiento en la mesa y miro la silla vacía para luego mirar a los otros que estaban en la mesa -Un joven de 15 años de tez morena, castaño y con ojos azul cielo, un par de gemelos castaños con ojos marrones claro, que tienen la misma edad que él y una niña un poco más grande que el de piel clara pero con un tono rosado, cabellos dorados y ojos verdes, aunque no como los suyos los de ella eran como un bosque- todos estaban en silencio esperando al mayor de todos, su padre. El hombre que le dio la oportunidad de vivir.

"Buenos días, hijos míos" dijo el hombre apenas entró.

"Hoy es un día especial para todos" ofreció mientras se sentaba para luego dar un aplauso -Señal para que sirvan la comida- "¿Cómo se sienten? Han entrenado mucho para esto" sonrió esperando respuesta de sus hijos. El primero en hablar fue uno de los gemelos que el identifico como Jerry "Estábamos tan emocionados que casi no pudimos dormir, ¿Cierto Terry?" volteo a ver a su gemelo que asintió muy fuerte como si apenas pudiera contener toda la emoción que tenía adentro y buscaba desbordarse.

"Yo si dormí bien, aunque no tengo mucho apetito, siento que voy a vomitar" dijo medio en un susurro la niña "No seas tonta Iren ya has hecho esto antes" escupió con desdén y fastidio el joven moreno "Claro willy, se me olvidaba que tú eres el rey del control, miren me no siento nada, soy perfecto, bla, bla" respondió Iren rodando los ojos.

"Está bien, está bien" dijo el mayor antes de que sus hijos se sacarán un ojo o más "dejen esa energía para sus trabajos, y tú Adrien, ¿Cómo estás?" dijo mientras lo miraba a los ojos, Adrien siempre se había preguntado ¿Por qué los ojos de ese hombre eran tan oscuros? Él podría jurar que había veces que veía un toque de rojo en ellos "Estoy bien" dijo con vos firme y serena - "Quiero terminar ya con esto, no quiero más fantasmas rondando mis sueños" - Pensó. 


El niño que vivió para matar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora