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El 2 de noviembre de 1981 Petunia Dursley encontró a un pequeño bebé en la puerta de su casa, resultado ser que este pequeño era el hijo de su hermana Lili, el bebé traía una carta donde decía que sus padres habían muerto que por favor cuidara de él. Sabrá Merlín que habrá impulsado a los Dursley a no dejarlo en un orfanato o en un basurero, pero una cosa es segura, no lo hicieron por la bondad de su corazón, o porque lo apreciarán, para nada.

Se despertó con los golpes de tía Petunia en la puerta.

"Niño despiértate" dijo en un grito agudo "Vernon debe irse al trabajo y su desayuno no está listo, apúrate" se marchó después de abrir la puerta.

El solo alcanzó a decir "Si tía Petunia" antes de que alguien tiraba del para estamparlo en el piso. Si, ese era Dudley, su primo.

Se paró sacudiendo el polvo y se dirigió a la cocina, dónde tía Petunia lo esperaba con la sartén en el fuego. "¿Que esperas?" pregunto con un ceño bastante fruncido en su cara.

No espero más nada para subirse al banquito que le permitía estar a la altura de la estufa -Porque hoy cumplía SANGRIENTOS seis años- y ponerse a freír unos huevos y unas tocinetas, mientras que en otra sartén servía un poco de mezcla para panqueques. Tío Vernon llegó a la mesa tomando asiento.

" ¿Dónde está mi desayuno?" pregunto/grito.

"Ya falta poco mi amor" dijo tía Petunia dándole una gran sonrisa a su esposo, la cual se fue rápidamente al voltear a verlo a él "Apúrate ¿Qué no vez que Vernon ya se tiene que ir?" el agachó su cabeza y dijo casi en un susurro "Si tía Petunia, lo siento tía Petunia".

Terminó de hacer el desayuno y lo sirvió en la mesa para luego irse a un rincón a esperar a que terminarán -No sin antes caer al suelo por una metida de pie de su primo- para recoger los platos y lavarlos. Y posiblemente comer algunas sobras, que casi nunca le dejaban.

Efectivamente cuando terminaron de comer fue a recoger los platos y solo había quedado un pedacito de panqueque menos de la mitad de este que tía Petunia había dejado. Se llevó los platos rogando por no tropezar y romper nada, pero claro, nada nunca sale como se espera, Dudley le volvió a metro el pie haciéndole caer rompiendo los platos que llevaba en sus bracitos. Inmediatamente volteo a ver a su alrededor y encontró a tía Petunia y tío Vernon con las caras extremadamente rojas y comprimidas en algo que parecía ser odio, rabia y disgusto, detrás de ellos Dudley se reía y se burlaba de él "No fue mi culpa, de verdad, Dudley el...".

No logro terminar porque ya había recibido una cachetada de tía Petunia "Te atreves a culpar a mi terroncito de azúcar, ¡¡cuando fuiste tú el que hizo esto!! ¡¡Fenómeno!!" grito indignada.

No tuvo tiempo de responder ya que tío Vernon se sacaba el cinturón y lo jalaba del brazo. Luego de darle al menos unos 20 golpes con la hebilla de su cinturón, lo tomó del brazo y lo arrojo de vuelta en el armario, para luego gritar "Te quedaras allí por tres días, sin comida ni agua, para que aprendas la lección" al finalizar cerró la puerta con un gran estruendo.

Bueno... El lado bueno de todo esto es que no tendría que hacer los quehaceres por tía Petunia y Dudley no lo golpearía, lo malo -Aparte de que no tendrá comida ni agua por tres días y el hecho de que de seguro tiene heridas abiertas en su espalda por la hebilla- es que se quedó sin su pedacito de panqueque. 

El niño que vivió para matar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora