Capítulo//27

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Derek esperaba en la sala, con sus codos apoyados en sus piernas y mirando hacia el suelo. Estaba revisando a Sophie mientras él esperaba, no le dejaron pasar con ella, aunque se lo suplicó. Su padre fue informado y también María y su hermano, su madre también, pero dudaba mucho que fuese.
Derek rezaba para no perder a ningún de los dos, no quería perderles, no ahora que había encontrado la verdadera felicidad. Se sentía culpable, tenía que haber estado más con ella, cuidarla Más. Pero jamás imaginó que ocurriera esto, jamás pensó que ella podía perder al bebé. Estaba bien, sana, se cuidaba, ¿Que ha podido pasar? Se preguntaba él mismo, sin levantar su cabeza del suelo.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos, que no notó que su padre se había sentado a su lado. Levantó la cabeza cuando notó que apoyaban su mano sobre su hombro. 
El padre le observó y vio a su hijo con los ojos rojos, cristalizados por las lágrimas y la mirada triste.

—¿Te han dicho algo? — Derek negó. —¿Qué ha ocurrido?

—No lo sé, estaba desayunando y bien. Me fui unos segundos y de repente me llamó a gritos, la vi de rodillas en el suelo llorando y llena de sangre. — respondió. —No sé que ha pasado, padre. Pero tengo miedo de perderla y...

—Hijo, no pienses así, ella se pondrá bien. — le dio aquel consuelo que tanto necesitaba. —Pero, ¿Por qué sangraba?

—Padre, si te cuento esto por favor te pido que de aquí no salga. — el hombre asintió. —Sophie y yo, estamos esperando un bebé.

—¡Dios mío! ¿Voy a ser abuelo? — Derek asintió. —Enhorabuena, hijo, te lo mereces.

—Pero ahora, no sé qué pasará. — susurró. —Si mi hijo saldrá adelante o no.

—Por supuesto que lo hará, hijo. Ese bebé seguirá creciendo en el vientre de Sophie y formarán una familia. —  Derek sollozó. —No estás solo en esto, hijo mío. Estoy aquí y todos los que te queremos.

—Gracias, padre. — el hombre le abrazó, ya que su hijo necesitaba muchísimo consuelo y apoyo en estos momentos.

Los segundos, los minutos pasaban, Derek estaba desesperado. Daba vueltas de aquí para allá,  como un león enjaulado, no salían a informarles y eso le desesperaba. Necesitaba saber sobre la salud de ellos, saber cómo estaban y si su hijo o ella estaban bien. No podía más, no podía estar sin saber nada, estaba impaciente ni el té le relajaba. María había ido a apoyarle, su hermano pequeño había ido. El padre de ambos, miraba al muchacho con orgullo y cariño. Ese niño que era casi un adulto, que ya no era un crío y no sé atrevía a dar el paso y que el muchacho le rechazara.

El muchacho le miraba y sabía a la perfección quien era él, sabía que no era solo el ex rey de Alemania, si no también su padre.
El joven se alejó de su madre y se acercó a su padre, se puso a su lado y ambos se miraron. El ex rey le sonrió y el joven le devolvió la sonrisa.


—¿Por qué nunca me habla? — preguntó el joven. —¿Piensa que lo voy a rechazar?


—No lo sé, tal vez me odies o quieras saber de mi. — respondió. —Jamas estuve a tu lado cuando diste tus primeros pasos, tu primera palabra. Jamás te he llevado al colegio, no te he leído un cuento. No sé, me odio a mí mismo por haberme perdido todo de ti. — el hombre bajó la cabeza y evitó sacar lágrimas.


—No le odio, no soy un niño de guardar rencor. Mi madre dice que odiar y ser rencoroso, no es bueno para el alma. — sonrió. —Admito que me hubiese gustado tener a mi padre a mi lado y hacer cosas contigo, pero también le entiendo.



—Eres un buen niño, hijo, jamás cambies. — se sonrieron.


Fueron interrumpidos en el ese momento por el doctor que salía de una habitación, Derek caminó hasta él para saber sobre ellos.


—¿Cómo están? ¿Mi hijo está bien? ¿Mi mujer? — hacia preguntas sin parar.


—Cálmese, hijo. Su mujer está bien, gracias a Dios. ¿Sabes si ha tomado algun anticonceptivos? — Derek arrugó su ceño.


—No, ella no tomaba pastillas. — respondió. —¿Por qué?



—Porque en la sangre y orina, ha salido posivos en anticonceptivos. Eso provocó que sangrará y tuviese una amenaza de aborto. — Derek llevó las manos a la cabeza. —Gracias a Dios, ambos están bien y mañana podrán irse a casa.


—Gracias, doctor. ¿Podria verla? — el hombre asintió y se fue,  Derek miró a su acompañantes y observó a María.—¿Sophie tomaba anticonceptivos? — le dijo a María.


—No, hijo. Ella me dijo que la sentaban mal, es imposible, Sophie es muy responsable y jamás haría algo así. — María se acercó. —Pero sinceramente, solo tengo a una persona que señalar.

Derek la miró y supo de quién hablaba, sabía que su madre podría hacerlo, pero Tampico estaba muy seguro, pero lo iba a descubrir.


—Si mi madre tiene algo que ver en esto, juro por Dios, que no se librará de mi rabia. — exclamó con los dientes apretados.

Derek estaba totalmente serio, se giró y fue hacia donde estaba Sophie. Quería verla, quería estar con ella y gracias a Dios, que ambos estaban bien. Aunque pensaba en lo que le había dicho María, pensaba en si su madre tenía algo que ver. Pero iba a verificarlo, iba a saber si ella tenía algo que ver. Pero si ella era responsable, Derek no tendría miramientos por ella. Era su madre, si, le dio la vida, si. Pero se metió con su familia, con su mujer y su hijo y eso, no lo iba a perdonar.

Entró a la habitación y se encontró con Sophie boca arriba y sus ojos cortados, él sonrió y caminó hasta ella, la cogió de la mano y la dejó un beso en la frente.
Sophie abrió sus ojos y miró a su marido, le sonrió y Derek no tardó en dejarla un beso en los labios.




—Hola, amor. — saludó ella. —¿Qué me ha pasado? ¿El bebé está bien?


—Ambos estáis bien, eso es lo imposible. — ella asintió agradecida. —Pero me gustaría hacerte una pregunta. — ella asintió. —¿Tomabas anticonceptivos? — ella abrió sus ojos y arrugó su ceño.




—No, para nada, no puedo tomarlo, me sienta mal. — respondió. —¿Por qué?




—Porque tenías unas altas dosis de esas pastillas. — ella abrió sus ojos asustada. —Alguien las metía en tus desayunos o en alguna bebida.



—Hija de puta. — exclamó y Derek la miró con asombro. —Te juro que tu madre me las va a pagar, Derek. Porque esa mujer, tiene el corazón podrido y me da igual que sea tu madre. Se ha metido con mi hijo y eso no quedará impune.



—Tranquila, yo también averiguaré si fue ella, si es así, estará enserios problemas.


Derek y Sophie iba averiguar todo e iban a vigilar a la ex reina, porque Derek pensaba igual que su mujer.


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Hola, nena. Aquí tenéis otro capítulo de Derek y Sophie, espero que os guste. Decidme que pensáis de este capítulo, os leo.

Besos desde España, nos leemos pronto.



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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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De empleada a reina. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora