Capítulo 7: "Una linda llamada y el rechazo"

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Cleiver se encontraba en la trastienda buscando el rociador, pasando sus manos por los estantes intentando identificar la figura del objeto.

- *Maldita sea Xiaro, ¿podrías por lo menos poner las cosas en el lugar correcto?* - Pensó Cleiver mientras aún seguía buscando el rociador.

De pronto, su celular comenzó a sonar, dejó de lado lo que estaba haciendo y sacó su teléfono del bolsillo, no sabía quién podía ser ya que no podía ver el nombre del contacto pero aún así a contestó.

- ¿Diga? - Contestó con una voz formal.

- ¡Cleiver! - Gritó alguien desde la otra línea, Cleiver pegó un salto por el grito repentino, pero enseguida reconoció la voz de Fishler.

- ¿Fishler?

- ¡Sí! ¡Soy yo! Me diste tú número ayer ¿recuerdas? - Habló Fishler emocionado.

- ¡Sí! No pensé que me llegaras a llamar. - Dijo Cleiver esbozando una sonrisa.

- Bueno, te había mandado un mensaje pero recordé que no lo puedes leer. - Rió Fishler y Cleiver no pudo evitar reírse también.

- Espero no se te vuelva a olvidar, o sino nunca podría responderte. - Bromeó Cleiver.

- Tienes razón, me haré una notita mental. - Dijo Fishler.

Los dos rieron y comenzaron a charlar de diferentes cosas, Cleiver se mantuvo paseándose por las trastienda hablando con Fishler, obviamente a paso cuidadoso de no chocar con algún mueble y revisar de vez en cuando que no hubiera algún cliente en espera.

Parecían hablar con tanta fluidez y naturaleza como si se conocieran de toda la vida, Cleiver disfrutaba de las bromas de Fishler, platicando sobre sus intereses y conociéndose mejor.

Cleiver disfrutó tanto la conversación, no recordaba la última vez que se sintió tan a gusto con alguien ajeno a su círculo social.

Fishler se sentía de la misma forma, y por alguna razón, la voz de Cleiver le resultaba sumamente relajante, podría estar escuchándola por horas y quizás no se cansaría, y la sonrisa en su rostro no desapareció en ningún momento.

Hasta que una idea se le vino a la mente.

- ¡Oye Clei! Supongo que tienes libre los fines de semana, ¿no? - Habló Fishler.

- Eh, sí, sí, ¿por qué? - Preguntó Cleiver con curiosidad.

- Pensaba que quizás... Podríamos salir tú y yo al parque, un rato. - El tono de Fishler pasó de ser alegre a un tanto avergonzado, y era algo obvio, tomando en cuanto que nunca ha invitado a alguien además de Haroo a una salida.

- ¿Salir? ¿Los dos? - Dijo Cleiver sorprendido.

- Sí, solo los dos. - Reafirmó Fishler. - ¡Solo si quieres! No tienes que aceptar por obligación ni nada de eso...

- ¡Sí quiero! Quiero decir... - Cleiver aclaró su garganta. - Me gustaría... - Respondió con cierta timidez.

Fishler volvió a sonreír, esta vez mucho más contento que hace minutos.

- ¡Bien! Entonces... Pasaré por tí el sábado a las 5, ¿vale? - Dijo Fishler finalmente.

- Ok, ok... El sábado a las 5... - Repitió Cleiver.

- Eeh... Entonces te llamaré en otro momento, te dejo seguir trabajando. - Dijo Fishler.

- Está bien... Gracias por llamarme. - Dijo Cleiver con una voz casi tierna.

Cuando Fishler lo escuchó casi sintió su corazón derretirse sin razón alguna.

- No hay de que... Nos vemos entonces... - Se despidió Fishler.

Los de la florería y unos tontos enamorados // (Haroovoid & Fisheiver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora