Cinderella

Odio a mi conciencia.

El interior de la casa era una replica del exterior. Neutra y limpia, y a su vez, desprendía tranquilidad.

-Claire, mi niña!- y este es uno de esos momentos en los que más te valía no haber abierto la boca. Toda la paz que había fue rota con uno de los chillidos de Janine, que por cierto, me pellizcaba la mejilla como si aun llevara pañales.
-Buenos días, Janine.
-Oh, llámame Jan. O mamá, como quieras- dijo giñando un ojo.
-Hm... Jan- y de nuevo, traté de forzar una sonrisa, que no fue muy convincente.
-Bueno, estaré en la cocina. Oh! Chase, porque no le enseñas la casa?- dicho esto, se fue, dejandome con Chase.
-No necesito ver nada- dije mirando las escaleras de caracol.
-Son órdenes- dijo poniendo una de sus sonrisas socarronas- y hay que hacer caso a las madres, verdad?
-O puedes irte por tu camino y deja de molestarme.
-Esta bien, me voy- dicho esto, de fue a lo que podría ser su habitación.

Y ahora que vas a hacer, pequeña?

Primero, cerrarte la boca. Segundo... Explorar.

Suerte, con lo primero.

Estúpida conciencia.

Bueno, lo primero es intentar no perderme.

Las escaleras parecían no acabar y por lo visto, tenía razón. Bueno, acababan en una puerta negra que la asocié con un desván. Pero bueno, lo que me interesaba no era un puñado de libros viejos con polvo, quería saber cual sería mi habitación, que no fue difícil de encontrar porque solo había una vacía.

Que inteligente, creo que serás la próxima Enstein.

Quieres callarte ya? Se supone que las conciencias ayudan y tu pareces más un grano ya sabes donde.

Creo que el calor me está afectando. Que hago discutiendo con una voz que reside dentro de mi cabeza? Ni siquiera parece real.

Revisé todas las habitaciones, a excepción de la de Chase, que prefería no ver.
La habitación de las gemelas, era así como que toda rosa. Y cuando digo toda es toda, y apuesto a que llevan la ropa interior rosa también. Que cursi!

Ah bueno! Mis queridísimas "hermanas" gemelas son iguales, pero iguales de retrasadas. Me estoy empezando a plantear que el color pelirrojo les afecta a las neuronas. Además, tienen unos ojos azules que bien los han sacado de su madre. A decir verdad, Chase es igual a su padre. Eso si! El carácter egocéntrico lo tienen los tres!
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Las gemelas Zoe y Kayla en multimedia.

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