Cinderella

Vacaciones IV

Janine cocinaba, como siempre. Estoy empezando a pensar que solo sabe hacer eso, qué patético, pero bueno, ella era feliz así, por lo que no hay problema.

La cocina estaba desierta, solo se oían los movimientos de la cuchara sobre la olla. Me senté en el sofá del salón y encendí la tele, pero mi preciado silencio fue roto por la llegada de Chase, quien parecía molesto. Su mirada conectó con la mía, y su expresión de enfado cambio a una más suave, podría decir que con un aire vengativo.

-Qué haces aquí?- dije mientras observaba cómo Chase se sentaba a mi lado, chocando nuestras rodillas- estoy viendo la tele.
-Seguro? Yo no diría lo mismo- señaló la televisión, que por mi desgracia, había puesto un canal en el que ponía "sin señal", con un fondo negro.
-Hm... Estaba bien hasta hace un momento, justo antes de que llegaras- cogí el mando y cambié de canal disimuladamente- ves! Ya ha vuelto.
-Muy graciosa, Claire. Entonces, estabas viendo Pocoyo? Ahora te entiendo, pequeña- decía mientras reía.

Me levanté y salí al jardín. Era muy bonito, con una pequeña fuente en la parte central.

-Claire!- Chase gritó desde atrás- tengo que decirte una cosa.
-Que quieres? No has tenido bastante burlandote de Pocoyo?- me di la vuelta y empecé a andar hacia no se donde.
-Lo siento, en serio- pude notar que su expresión endureció- pero admite que fue gracioso- su cara se ablandó completamente, cambiando a una graciosa, mientras me señalaba con el dedo. Como pude pensar que si podía ponerse serio? Es Chase! Él no conoce la seriedad.

Bufé y me fui por mi camino. Chase en seguida corrió tras mía, este muchacho no se cansaba!

-Ven, hablemos- me cogió del brazo y me dirigió a no se donde, de nuevo.
-Se andar sola, tranquilo, Pocoyo no me afecta, si es lo que te preocupa. Chase rió por lo bajo, haciendo que me extremeciera.
-Quiero asegurarme de que no te vuelves a escapar. Quizás me equivoque juzgando, y son las Tortugas Ninja las que te afectaron.
-Tienes la risa en el...
-Ya estamos- Chase me interrumpió, justo en el momento en el que iba a contestarle. Me fijé a donde había llegado, y un precioso banco móvil blanco llamó mi atención. Estaba colgado, con unos árboles altos a cada lado. Chase me miró, y puedo decir con seguridad que había satisfacción en su mirada. Era como si le hubiera gustado que me haya gustado el lugar. Bah! Yo tampoco entendí lo que dije.

-Sientate- me empujó de los hombros hacia el banco móvil, del cual no me fiaba mucho por mi pasado. Sí, es eso. Me caí de uno por saltar en él, pero no fue mi culpa, según mis padres, era cien por cien seguro, y gracias a eso estuve todo el verano con escayola en el brazo derecho.

Me senté como los indios, con las piernas cruzadas. Chase estaba frente a mi, de igual forma.

-Vamos, empieza a hablar que tengo hambre- me frote la barriga mientras ponía una mueca.
-Haber... Se que acabas de llegar y no conoces a casi nadie. Además, John, uno de mis amigos, va a hacer una fiesta esta tarde, entonces...- se rascó la nuca de una forma muy extraña.

Chase estaba nervioso.

-Y entonces...- agite las manos para indicarle que continuara.
-Me preguntaba si querías venir conmigo- dijo eso demasiado rápido. Me estaba invitando a la fiesta, a acompañarme. Además, se había puesto como un tomate maduro, por dentro me estaba partiendo. Chase avergonzado?! Eso no se ve todos los días, amigos míos. Por otra parte, no me esperaba que me digera eso, yo también me sentí un poco como él, pero sacando valor de debajo de las piedras, contesté.

-Esta bien- levantó la cabeza y una sonrisa de oreja a oreja llenó su cara.
-Gracias- susurró.
-Ahora me toca a mi- puse una mueca algo maligna. Mientras Chase hablaba, estuve pensando en una cosa, algo que me permitiría saber algo más de Chase- te propongo un juego.

Chase sonrió pícaramente, y aceptó.

-Las reglas son muy fáciles, simplemente tenemos que responder las 3 preguntas que el otro nos pregunte con total sinceridad.
-Bien- dijo Chase con indiferencia.
-Vale, ahora, mi primera pregunta...