El cielo se tornó gris y pesado, y no pasó mucho tiempo antes de que las primeras gotas empezaran a caer. Izuku, cargando su mochila llena de libros, miró con resignación al cielo. Había olvidado su paraguas otra vez, y ahora la lluvia caía con más fuerza.
Se refugió bajo el pequeño tejado de una tienda cerrada, abrazándose a sí mismo para no mojarse demasiado. El sonido de la lluvia resonaba a su alrededor, creando un ambiente casi ensordecedor. Estaba demasiado distraído observando cómo el agua formaba pequeños charcos en el suelo cuando una voz familiar interrumpió sus pensamientos.
— ¿De verdad, Deku? —Katsuki se acercó con su habitual expresión de fastidio, sosteniendo un paraguas negro sobre su cabeza—. ¿Otra vez sin paraguas?
Izuku se sobresaltó al verlo. La figura de Katsuki bajo la lluvia, con el cabello húmedo pegado a su frente, era algo que rara vez tenía la oportunidad de ver. Era… diferente, casi íntimo.
—Ehh… sí, lo olvidé en casa. —Izuku sonrió nervioso, rascándose la nuca—. Pensé que no iba a llover tanto.
Katsuki suspiró, pero en lugar de seguir burlándose, extendió el paraguas hacia Izuku.
—Vamos, no te quedes ahí como un idiota. No quiero escuchar a nadie diciendo que te resfriaste porque no tienes cerebro.
Izuku parpadeó, sorprendido. Aunque conocía a Katsuki desde hacía años, aún no se acostumbraba a esos momentos de amabilidad encubierta bajo una capa de rudeza. Se acercó lentamente, hasta quedar al lado de Katsuki bajo el paraguas, sintiendo la calidez de su brazo rozando el suyo.
Caminaron juntos en silencio, escuchando el golpeteo constante de la lluvia sobre el paraguas. La calle estaba prácticamente vacía, y el aire frío les hacía a ambos exhalar pequeñas nubes de vapor. Katsuki mantenía su vista fija al frente, pero su expresión era más relajada que de costumbre.
—Gracias, Kacchan —dijo Izuku después de un rato, rompiendo el silencio. Su voz sonó más suave de lo que esperaba.
—Tch. No es nada. —Katsuki se encogió de hombros, desviando la mirada hacia el lado contrario, como si estuviera evitando algo—. De todas formas, estarías en mi camino si te resfrias. Luego tendrías que faltar a clase y no podría ganarte.
Izuku sonrió para sí. Sabía que detrás de esas palabras había más de lo que Katsuki admitía. Quizá era el efecto de la lluvia, o la forma en que el paraguas los obligaba a caminar tan cerca, pero había algo en el ambiente que lo hacía sentirse más valiente.
—Me alegra que siempre estés pendiente de mí, aunque no lo digas —susurró Izuku.
Katsuki se detuvo de repente, y el paraguas se tambaleó un poco en su mano. Miró a Izuku con una mezcla de sorpresa y algo más, algo que Izuku no podía descifrar del todo. Por un momento, el sonido de la lluvia fue lo único que llenó el espacio entre ellos.
—No digas cosas raras, idiota —murmuró Katsuki, pero su voz había perdido algo de su habitual dureza. Dio un paso adelante, volviendo a cubrir a Izuku completamente con el paraguas, como si ese pequeño gesto pudiera protegerlo de más que solo la lluvia.
—Lo digo en serio, Kacchan. —Izuku mantuvo su mirada fija en él, sintiendo que su corazón latía con fuerza—. Gracias por estar siempre ahí.
Katsuki lo miró por un largo momento, su rostro una mezcla de emociones que luchaban por no mostrarse. Finalmente, soltó un suspiro casi inaudible y miró hacia el cielo gris.
—Solo cállate y camina —dijo en voz baja, pero no pudo evitar que una pequeña sonrisa se formara en sus labios.
Continuaron caminando en silencio, pero ahora había algo distinto en el aire. Un entendimiento tácito, una promesa sin palabras. Porque aunque la lluvia seguía cayendo y el mundo a su alrededor estaba gris, bajo ese paraguas compartido, todo parecía un poco más cálido.
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Mini historias
FanfictionHistorias de un capítulo donde Katsuki e Izuku siempre son los protagonistas. "Cualquier idea puede ser tomada para expandirse"