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Yoongi se sentía agotado y enojado por lo sucedido hacía unas horas. Lo que debía ser una noche increíble, llena de ilusión para él y su banda, se había convertido en una pesadilla por culpa de un idiota.

La lluvia había cesado cuando el taxi se detuvo frente al edificio, y antes de entrar al complejo, Yoongi se tomó un momento para observar a los dos chicos que le seguían de cerca, casi pisándole los talones.

El aire aún olía a humedad, y algunas gotas resbalaban por las hojas de los árboles bajo el débil alumbrado.

—¿Por qué están tan callados? —preguntó Yoongi, frunciendo el ceño al no obtener respuesta. Suspiró, cansado—. La verdad, no estoy para otro drama, si es que hay uno... ¿Tae? ¿Jungkook?

Ambos chicos permanecieron en silencio, evitando cruzar miradas. Tae no quería que Jungkook se quedara a cenar; además, dudaba que Yoongi tuviera hambre, ya que parecía más necesitado de una cama que de una comida.

Por su parte, Jungkook tampoco quería hablar de lo que estaba pasando en su vida frente a un desconocido que, para colmo, lo fulminaba con la mirada.

Yoongi los observó por unos segundos más, antes de dejar escapar un profundo suspiro.

La verdad es que no tenía idea de qué había ocurrido entre ellos. Estaba claro que su primer encuentro no había sido el mejor. Ninguno de los dos se conocía más allá de lo poco que Yoongi les había contado uno del otro, y algo le decía que la llegada de Jungkook a su departamento en medio de la tormenta había sorprendido, e incluso asustado, a Tae, un chico que ya de por sí tenía serios problemas para confiar en la gente.

Incluso se preguntó en ese momento cómo ese chico, con su personalidad tímida, había llegado a confiar en él, alguien completamente opuesto y con una apariencia intimidante.

La tensión en el ambiente era palpable, así que Yoongi decidió no alargar más la incomodidad y cortar por lo sano, poniendo fin a lo que fuera que estuviera ocurriendo.

—Tae, sé que preparaste la cena, lo veo en tu mirada. Y lo siento, pero solo quiero descansar... no me siento bien.

—Lo entiendo —murmuró, decepcionado. Quiso preguntar si quería que se quedara para hacerle compañía, pero se contuvo. Su orgullo era demasiado fuerte.

—¿Y tú, necesitas un lugar donde quedarte? —preguntó Yoongi, mirando a Jungkook.

Él murmuró suave y apenado, sí, pero Taehyung prefirió cualquier cosa antes que escuchar eso. Sintió una punzada en el pecho. Era momento de escapar.

—Yo mejor me voy. Buenas noches —dijo, pasando entre ambos y abriendo la puerta del edificio. Antes de alejarse, se giró y miró a Yoongi, quien ya mostraba signos de fatiga—. Ponte hielo en el ojo, se te está hinchando demasiado.

—De acuerdo. Buenas noches, Tae.

Jungkook ni siquiera tuvo oportunidad de despedirse porque el chico desapareció rápidamente por las escaleras.

"¿Qué le sucede?"

—No le gustan los emos —respondió Yoongi, esbozando una sonrisa al ver su cara de confusión—. Hablaste en voz alta.

—Oh... —sus mejillas se sonrojaron—. Por cierto, no soy emo.

—Lo sé, solo me gusta molestarte.

Yoongi pasó su brazo sobre el hombro de Jungkook y lo empujó suavemente hacia las escaleras que llevaban al segundo piso. Al entrar en su departamento, se detuvo en seco.

—¿Qué carajos, Kook? ¿Y ese gato? — su tono fue incrédulo mientras miraba al pequeño animal con el ceño fruncido.

—Lo encontré en el estacionamiento. Estaba perdido y no podía dejarlo bajo la lluvia. Necesita un hogar —explicó rápidamente, sus ojos brillando con una mezcla de urgencia y ternura.

Conexiones del corazón ~ Yoonmin & Hopev/VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora