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Yoongi y los miembros de la banda escuchaban con atención cada palabra de Hoseok, quien los felicitaba por el increíble show que habían dado la noche anterior. Además de pagarles lo prometido, les entregó el dinero recaudado de las propinas para que lo dividieran entre ellos.

Los chicos estaban emocionados. La noticia que Hoseok les había dado los tenía aún más entusiasmados: si estaban disponibles, los quería nuevamente en el bar el domingo por la noche. 

Aunque no se quedarían hasta muy tarde, ya que el lunes era día laboral. Después de intercambiar opiniones, todos decidieron aceptar la oferta, coordinando sus horarios para asegurarse de que podrían presentarse sin problemas.

Yoongi asentía a cada comentario, aunque su mente divagaba. No podía creer que finalmente las cosas estuvieran saliendo bien para su banda. Había luchado incansablemente para conseguir oportunidades y, tras muchos rechazos, al fin estaban despegando.

Recordó entonces el incidente en el bar anterior, donde todo había salido mal. Habían sido expulsados a la fuerza, y él incluso había terminado con un golpe en el ojo, cortesía de Namjoon.

Sabía que Namjoon no lo había hecho a propósito; de hecho, eran conocidos. Pero su antiguo jefe, ambicioso y sin escrúpulos, no dudó en usar a Namjoon para sacarlos del bar. Yoongi entendía que solo seguía órdenes para no perder su trabajo. 

Sin embargo, aquella desagradable experiencia los llevó al bar de Hoseok, donde al fin habían tenido su debut exitoso. Ahora, les esperaba una segunda oportunidad en ese mismo escenario.

El apretón de hombro de Hoseok lo sacó de sus pensamientos.

—Felicitaciones, todo fue un éxito. ¿Estás bien? —preguntó Hoseok, inclinando la cabeza un poco mientras lo observaba con un destello de curiosidad en sus ojos.

Yoongi asintió, aunque seguía algo disperso por la emoción del momento.

—Sí, estoy bien. Es solo que sigo alucinando con todo esto. No puedo creer que realmente lo estemos logrando.

—Y lo están logrando porque lo merecen. —Hoseok sonrió ampliamente, su carisma irradiando confianza—. Ustedes son increíbles. Su música, las letras... tienen algo especial. No es solo cuestión de talento, es el esfuerzo que ponen en cada acorde.

—Gracias por tus palabras, —dijo con gratitud—. No sabes lo que significa esto para nosotros. Hemos intentado de todo pasa que nos conozcan, y aquí... todo es diferente. —Hizo una pausa antes de añadir—. Pero... ¿y tú? ¿Estás bien?

—Estoy bien, Yoongi. No te preocupes por mí. Vayan a ensayar, mañana tienen que deslumbrar a mis clientes, ¿recuerdas?

No pudo evitar fruncir el ceño levemente, captando que algo estaba mal, podía ver que Hoseok también llevaba un peso, pero no insistió. A pesar de la breve conversación, Yoongi comenzaba a sentir un respeto creciente por él. 

Sin añadir más, Hoseok se apartó de Yoongi, fingiendo estar perfectamente, y salió del bar. Caminó por el pasillo que lo llevaba a las escaleras, sus pasos resonaban suavemente mientras su mente se llenaba con pensamientos oscuros. Subió al segundo piso, donde se encontraba su oficina.

La oficina era tan pulcra como su dueño. Las paredes estaban pintadas en tonos oscuros, azules y negros, pero con toques de color que le daban una vibra moderna y acogedora. Era un espacio funcional y profesional, pero con ese estilo personal que lo hacía único.

Hoseok cerró la puerta tras de sí y se dejó caer sobre el sofá, soltando un gruñido cuando su cuerpo golpeó el asiento. El dolor en sus músculos le recordó los golpes recibidos la noche anterior. Desesperado, se pasó las manos por el cabello, tirando de él, como si eso pudiera aliviar el tormento interno que sentía.

Conexiones del corazón ~ Yoonmin & Hopev/VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora