Capítulo 1

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—¿Te gusta? —pregunté al chico que invité a conocer mi casa del árbol—. Vengo aquí a escuchar música y pasar el rato, usualmente estoy sola. Bueno, a excepción de los fines de semana.

En silencio, recorrió con sus ojos cada parte del pequeño lugar. La mini ventana al lado de la puerta, la mesita debajo de la ventana y en la cual tenía muchas películas que miramos Julia y yo cuando viene los fines de semana. Los videojuegos tirados y esparcidos en la alfombra oscura que cubría todo el suelo de madera. La pequeña colchoneta que utilizaba cuando dormía ahí después de enojarme con mis padres, los libros perfectamente acomodados en una pequeña estantería y muchos juguetes que guardaba de mi infancia en una caja plástica.

—Me encanta, Ali. Deberías invitarme más para que podamos jugar videojuegos. Sé que estamos en preparatoria, pero este lugar es cool.

Él es Billie, un grandioso chico de mi clase que me gusta desde que éramos niños, ahora cursamos la preparatoria juntos, y el único problema es que somos muy buenos amigos, por lo cual jamás debería saber que me gusta, o lo peor que podría pasar es que se aleje de mí.

—Ali —me llamó—. Te decía que ya me tengo que ir, no le avisé a mamá que vendría para acá y ya es un poco tarde, no quiero que se preocupe, ¿nos vemos luego?

— ¡Siii! —respondí rápidamente—. Digo, sí, claro, gracias por venir Billie.

Corrí hacia la ventana para verlo salir de mi patio, después de que se deslizara por el tobogán para salir de ahí. Recordé cuánto le supliqué a papá para que acepara construir la casita, hasta que dos meses después y chocolates de por medio, accedió. Me pasaba todo el día ahí y solamente salía de ella para ir a comer, ir al baño y dormir dentro de mi casa. Mi teléfono vibro en el bolsillo de mi pantalón y rápidamente lo saqué pensando que era un mensaje de él, pero era uno de Julia. Suspiré un poco desanimada. Pero no me malinterpreten, yo quiero mucho a Julia, sólo que pensé que podía ser Billie.

J: ¿Acabo de ver salir a Billie por tu patio trasero?!!!!!!! ¿ALI?

Reí en voz alta. Julia es genial, a veces chismosa, pero genial. Y sí, Julia y yo somos vecinas, así que, probablemente lo miro salir desde su ventana que pega a mi patio trasero.

— ¡Deja de ver todo lo que hago!

Grité hacia su casa. No pasó medio segundo cuando ya tenía medio cuerpo fuera de su ventana.

— ¡Es imposible después de ver que saliera de la casa de mi mejor amiga el chico que le gusta!

— ¡Cállate! —le grité—. ¡Ella no dijo nada, ehhhh!

Dije a las personas imaginarias que pudiesen escucharnos por ahí. La vi reír a carcajadas antes de cerrar su ventana e irse. Yo me puse a jugar Mario Bross en mi vieja consola. Escuché un poco de Lady Gaga y leí unas cuantas páginas de un libro que tenía pendiente. Cheque mis redes sociales, ningún mensaje de nadie. Mamá me hablo para ir a comer y no me negué ya que moría de hambre. Mamá y yo comimos solas ya que papá sale tarde del trabajo. Luego de terminar la deliciosa pasta que mamá había preparado fui a mi habitación a hacer algunos deberes de la escuela. Finalmente, cuando terminé las millones de tareas que me habían dejado me volví a ir a la casa del árbol. Ya estaba empezando a anochecer y dentro de ella estaba muy oscuro. Cuando hice un ademan de prender la linterna de mi teléfono, una luz me encandilo antes de poder hacerlo.

— ¡QUÉ RAYOS! —pegué un brinco. Cuando la vi negué con la cabeza, ¿era necesario el susto que me dio?

—Lo siento, no pensé que te fuera a dejar casi ciega.

— ¿Qué haces aquí?

—Solo venía a visitar a mi mejor amiga, ¿no puedo venir sin avisar?

—Estabas en mi casa del árbol a oscuras y sin avisar, loca —reí—. ¿Cómo es que tus papás te dejaron venir?

—Ah, ellos no me dejaron venir. Me salí por la puerta trasera. ¿Sabes? Es divertido que la puerta trasera de mi casa de a tu patio.

— ¡¿A escondidas?!

Puse una cara de asombro y ella lo notó, pero no le dio importancia. Así es Julia, ella siempre ha sido la más relajada de las dos.

—No es gran cosa, Ali –respondió Julia muy despreocupada—. Solo venía a darte esto. Apareció en mi buzón esta mañana, pero había olvidado dártelo. Tiene tu nombre, así que supongo que es para ti.

Me entregó una caja redonda bastante ligera. Era un paquete que había encargado por internet hace meses. Era un disco vinilo de los Beatles. Lo compré a escondidas de mis padres y para que el paquete no llegara a mi casa puse la dirección de Julia, para que así ella después me lo entregara, pero se me había olvidado decirle, creo. El disco era para Billie, su cumpleaños es un mes después que el mío. Él es muy fan de los Beatles, así que me dispuse a buscar regalos relacionado a eso y recordé que él una vez me había dicho que siempre había querido un disco de aquellos y fue entonces cuando lo compré.

—Sí, es mío, gracias jeje.

Le sonreí sospechosamente. Ella lo notó, claro que lo notó, es Julia.

—¿Se puede saber qué...

— ¡NO! —respondí rápidamente—. No, porque es un secreto.

—¿Ehhhh? ¿Pero por qué nooo? ¿Es para...

Antes de que pudiera decir más, la dirigí suavemente hacia el tobogán y la arrojé por este. Yo me reí bastante y ella sólo me gritó que lo averiguaría mientras se dirigía a su casa. La verdad es que me daba un poco de vergüenza confesarle que el regalo era para Billie.

La Casa del ÁrbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora