3. Bajo la sombra de un rumor

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Nora

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Nora

Mientras bailaba no pude evitar notar que alguien estaba mirándome. Al abrir los ojos vi a una persona, una chica pelirroja, unos ojos dorados, preciosos, que si no fuera porque no la conociera, me hubiera quedado embobada observándolos. Tenía el uniforme de la escuela, pero algo que la diferenciaba de todo el mundo son los listones que se pueden ver colgados en su cabello a cada lado de su cabeza, uno era de color rosa y el otro de color rosa pastel.

Ella me mira, yo la miro, eso me asusta, siendo que su mirada hace un escaneo por todo mi cuerpo, no solo en mi culo y mis tetas, que es lo que miran los chicos, nadie nunca me había visto de esa manera.

Mis ojos se posaron en su cara. Tenía un lunar al lado de sus labios, su nariz estaba respingada, tenía un piercing en la oreja derecha, simplemente era perfecta.

La chica se dio cuenta de que le estaba mirando los labios, su mirada se posó en los míos, apuesto que son horribles, ya que no cuido mis labios, los muerdo y casi siempre sangran.

Seguíamos mirándonos los labios cuando ambas reaccionamos, nos alejamos cómo cinco pasos, ahí me di cuenta de que no la conocía y yo conocía a todo el mundo en esta escuela, eso hizo que frunciera el ceño.

¿Quién es ella?

Al ver mi cara se puso igual que su cabello, rojo. Eso hizo que casi sonriera, por suerte, no lo hice, sería poco sensato que le sonriera a una extraña.

Estaba viéndola a la cara sin decir nada, sin embargo, debía decir algo, solo que ella se adelantó primero.

—Disculpa, no era mi intención interrumpir tu baile, solo quería decirte que tú... bailas genial, ¿es parte de la coreografía bailar así? Porque si es así, tú siempre serias la estrella del escenario— manifestó tan rápido que apenas logre entenderla, eso sí que me saco una sonrisa que no pude evitar. Al darse cuenta de lo que dijo se puso más roja de lo que ya estaba. — es decir, no - borré mi sonrisa. — o sea, eres muy buena bailando, tan buena que me encantaría verte bailar más veces— Cuando vio que la había cagado, creo que iba a convertirse en Marte de lo roja que estaba. — tú me entiendes ¿verdad?

Asentí con la cabeza con una sonrisa divertida, la chica también sonrió en el momento que sonreí. En ese momento tuve ganas de llorar otra vez, alguien estaba tratando de ser amable conmigo, no lo veía todos los días, estaba acostumbrada a los malos tratos, pero ella sin conocerme me trato bien, eso sí me devolvió la sonrisa.

La desconocida extendió su mano y me la ofreció.

—Soy Athena, un placer conocerte, Nora - iba a aceptar su mano, empero, no lo hice. ¿Ella se había presentado conmigo? Eso significaba que era nueva, pero, sabía mi nombre, entonces, ¿Cómo supo mi nombre? Ah, claro, soy la persona más odiada de la escuela, tiene conocimiento sobre eso.

Eso me decepciono un poco, ella sabe quién es la Nora que todo el mundo conoce, no la Nora que soy en realidad.

Cuando se dio cuenta de que no iba a aceptar su mano, la devolvió a su lugar, incómoda. Me arrepentí al instante.

La chica que murió por un rumorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora