capítulo 4.

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Enamoramiento, pero mío no es.

Senya Hatun.

A pasado ya más de cinco meses al lado de la sultana Mihrimah, y todo a sido demasiado pacífico sin contar las amenazas de la sultana Hatice a la sultana Hürrem, si después de estar tres meses en el palacio conocí a la sultana Hatice hermana menor...

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A pasado ya más de cinco meses al lado de la sultana Mihrimah, y todo a sido demasiado pacífico sin contar las amenazas de la sultana Hatice a la sultana Hürrem, si después de estar tres meses en el palacio conocí a la sultana Hatice hermana menor del sultán, ella por todo los desastres de su vida culpa a la sultana Hürrem, hace  poco la sultana Hürrem salvo una ex criada que servia a la sultana Mahidevran, y ella le contó un secreto muy fuerte el esposo de ella lo esta engañando, pero la sultana Hürrem no quiere decirle nada aún, pero yo no meto y mi sultana no le interesa mucho su tía.

Ahora mismo preparaba a la sultana Mihrimah que iría a ver a su tia y me expreso que me quedara en el palacio, por qué no quiere que nadie sepa aparte de su madre que yo soy su criada de más confianza, aunque nunca le he contado nada de mi, de dónde vengo, de como fue mi vida antes de llegar aquí, y si me quería quedar por el resto de mi vida, pero no importa mucho.

Hoy tenía bastante ganas de colocarle flores a su alteza, al final de cuentas Mihrimah, cuenta como alteza, excelencia y eminencia simplemente que los otomanos no usan esos términos, y simplemente usan sus títulos, pero me parece algo monótono, caminaba por el jardín, con cuidado su alteza el príncipe aquella vez que perdió en mi contra, se obsesión por mejor, pero sigue perdiendo.

Yo sostuve un arco de los cuatro años, por qué venía a mi hermano y me enamore del arco y saber que le servía a la diosa de la caza también me llamo mucha más la atención, caminaba por el jardín apartado un poco del jardín principal y caminaba por los alrededores, caminaba con cuidado, debajo de mi vestido color azul claro iba una daga por si lo necesitaba, cuando llegue ví unas flores moradas muy hermosas, me arrodille para verlas más de cerca, cuando siendo una mano detras mío y me asusto sacando mi daga, miro con cuidado y era su alteza Mehmed.

Me levanto rápidamente y hago una reverencia.

—su majestad lo siento demasiado, no quise amenazarlo con esta daga—dije guardando la debajo del vestido, que iba apoyada en mi muslo-.

El miro otra lado ya que había subido un poco la parte inferior del vestido, y yo también mire a otro lado.

—lo siento su alteza, yo...solo buscaba flores para la sultana Mihrimah—dije mirándolo a los ojos y el solo asintió-.

—esta bien no te preocupes yo ya terminé las clases y hace poco me enteré que mi madre y mi hermana se fueron donde la tia Hatice, así que vine a verte—dijo el rascando se la mejilla-.

—aunque seas la criada de mi hermana lentamente te volviste mi amiga—dijo el con una suave sonrisa-.

Aquella palabras hicieron que me sintiera bastante bien, porque el príncipe no me veía solo como una criada también me veía como una amiga, una gran sonrisa salió de mis labios, y el se rió un poco.

—no había visto ese brillo, desde aquel día que me ganaste Senya, sigue con nosotros eres importante para todo—dijo el ayudándome con las flores-.

—si muchas gracias príncipe—dije con una sonrisa bastante notoria estaba feliz, como no estarlo sentía que mi vida se iba a dedicar a la esclavitud pero no es así, no siento amor por su alteza solo un apreció y nada más-.

Luego de aquellos nos despedimos para yo ir a los aposentos de la sultana Mihrimah, comencé a arreglar las flores cuando la puerta se abre, un pequeño niño, de cabellos claros me mira y luego sale corriendo, supongo que el era el príncipe Cihangir, nunca antes lo había visto, solo negué y seguí con mi trabajo, también organice los libros, los que ya terminó y los que aún no leía, a Mihrimah le encanta leer se ve bastante pacífica leyendo.

La tarde estuvo bastante aburrida sin la presencia de mi sultana, preparé todo en sus aposentos y luego fui a ver a sümbül agha, era el único que no me miraba mal por ser la favorita de una sultana, mediante Allah nunca convertirme en una concubinas de su majestad y tampoco de ningún príncipe ya que llorar por un hombre me parece ridículo.

Caminaba por al harén cuando me siento a escuchar las historias de las demás mujeres.

—le lo juro desde que la madre sultana murió nunca más una mujer subió a los pisos de las favoritas de su majestad el sultán—dijo una mujer que trapiaba el piso mirando a las otras-.

—lo mismo escuché, sin dudas no se por que traen más esclavas, lo rangos más importantes ahora es servirle a una sultana y ser encargada del harén—dijo una mujer de ojos negros como la noche apoyada en un pilar mirando a la nada-.

—sus joyas son tan bonitas, jamás alcanzaré a usar nunca una joya tan hermosa como usan las sultana—dijo otra mujer de cabellos castaños, como las mismas castañas-.

—al final cuando los príncipes nosotras ya nos mandarán a otras palacios a servir, por qué seremos muy viejas para convertimos en concubinas—dijo otra mujer de ojos cafes como los cafés tostados de Etiopía, en África-.

—ya fue suficiente muchachas, ya vuelvan a sus trabajos y dejen de hablar—dijo la señorita Firial, su barriga era bastante grande, parecía que iba a esperar un hijo, cuando mamá quedó embarazada de Venus, era así de grande yo apenas me acuerdo pero si así de grande que estaba-.

Ah...cómo extrañaba a la sultana Mihrimah, así que me levanté y camine a los aposentos de ella, cuando entro ella estaba sentada sacándose el belo, me acerque con cuidado a sacarle el belo, y el collar que llevaba, pude sentir como su piel se erizaba a mi suave toque.

—disculpe sultana si la asusté, que le parecen las flores—dije con una suave sonrisa guardando la joyería-.

—huelen muy bien, gracias Senya—dijo ella con sus mejillas sonrojadas, era claro que le había dado pena que la hubiera asustado-.

Mi criada favorita (Mihrimah y tú)(Senya).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora