A different worlds || GiyuuTan #1

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹

─La luna está muy hermosa, ¿no crees?

—Lo único que me interesa es eliminar demonios —respondió Giyuu con frialdad.

—Eres demasiado serio, Tomioka-san —romeó Shinobu, sonriendo con suavidad.

—Solo estoy aquí para cumplir con mi deber.

Ambos acababan de enfrentar a varios demonios. Shinobu había eliminado a uno con su veneno, mientras que Giyuu se encargaba del otro con su estilo rápido y certero. Tras completar la misión, se dispusieron a regresar a la finca mariposa. Sin embargo, el camino de vuelta se complicó cuando encontraron más demonios, lo que les retrasó más de lo esperado.

—Tanjiro, ¿qué te ocurre? Has estado sin dormir desde que Tomioka-san se fue... —preguntó Zenitsu con preocupación.

—Es que me preocupa que aún no hayan vuelto. La misión no parecía tan difícil... —respondió Tanjiro, mirando al cielo estrellado.

—Son pilares, Tanjiro. Pueden con todo. Además, Shinobu-san usa veneno, lo que hace que matar demonios sea mucho más rápido.

—Tal vez tengas razón, pero...

—Deja de preocuparte y ve a dormir. Mañana tienes misiones importantes —dijo Zenitsu, retirándose hacia su habitación.

Tanjiro se quedó solo, contemplando la luna, tratando de calmar su mente mientras sentía la brisa nocturna en su rostro. Estaba inquieto, algo no le dejaba en paz. Justo entonces, escuchó unos pasos. Al girarse, vio a Giyuu que acababa de regresar.

—Estás muy pensativo, ¿pasa algo? —preguntó Giyuu, tomando asiento a su lado.

Tanjiro no respondió al principio. Pero el silencio entre ellos era cómodo, casi como si no necesitaran palabras. Giyuu, de manera inesperada, pasó su brazo por los hombros de Tanjiro, ofreciéndole una silenciosa pero reconfortante compañía.

—Estaba preocupado... Creí que te había pasado algo.

—Ya veo... Estoy bien. Soy un pilar, Tanjiro. Soy fuerte, y ese demonio no representaba un gran peligro.

—Lo sé, pero... igualmente me preocupo. Quiero hacerte feliz cuando derrotemos a Muzan. Y si te pasa algo antes, ese sueño se irá a la basura.

Giyuu lo miró en silencio, con una ligera expresión de sorpresa ante esas palabras. No estaba acostumbrado a que alguien se preocupara tanto por él. Después de unos minutos, Tanjiro rompió el silencio otra vez.

—Quiero que me prometas algo...

—¿Qué cosa?

—En la pelea final... tienes que sobrevivir.

—Está bien. Pero tú también tendrás que salir con vida.

—Lo haré —respondió Tanjiro, abrazando a Giyuu.

El pilar del agua correspondió el abrazo con torpeza, sin saber muy bien cómo reaccionar, pero de algún modo se sintió en paz. Era un sentimiento extraño, nuevo para él, pero no lo rechazó.

Meses después...

Tanjiro había dominado la respiración solar y su relación con Giyuu se había fortalecido. Ahora compartían una confianza total el uno en el otro. Sin embargo, Giyuu notaba que algo inquietaba a Tanjiro por las noches. A pesar de sus esfuerzos por ocultarlo, el pilar del agua sabía que había algo más profundo que Tanjiro no estaba contando. Decidió que esa misma noche, en los fuegos artificiales, hablarían.

—Los fuegos artificiales estuvieron preciosos, Giyuu —comentó Tanjiro, admirando las luces en el cielo.

—Llámame solo Giyuu, por favor.