México: Oye, Egipto, ¿cómo te ha ido, momia viviente?
Egipto (indignada): ¡¿Momia viviente?! ¡Yo me veo más joven y mucho más hermosa que cualquier mujer que hayas conocido!
México: Bueno, no te enojes, momia... pero tienes razón, te ves divina para llevar miles de años de antigüedad.
Egipto (cruzada de brazos): Hmph, sabía que no podías resistirte a mi encanto ancestral.
México: Claro, claro... Es difícil competir con alguien que literalmente tiene miles de años de experiencia en verse bien.