Conocer a la familia (AU)

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La brisa era fresca y el sol estaba cubierto por algunas nubes, pese a la tranquilidad del ambiente en la mañana, Airoia estaba nervioso por aquella visita, su novio no hablaba mucho sobre su vida privada y no recordaba haberlo visto jamás recibir una llamada de algún familiar durante sus días juntos. Una mañana sin más le había dicho que lo llevaría a conocer a su padre. Y ahora se encontraban frente a un edificio residencial, esperando a que el padre del italiano bajara a recibirlos.

—Te agradezco por hacer esto, sé que no es tu estilo pero no sabes lo importante que es para mí— Tomó la mano del hombre y este lo miro con una sonrisa.

—En realidad eres tú el que hace algo por mi, le vas a fascinar , no va a creer que alguien como tu sale conmigo—Dirigió su mirada a la puerta esperando ver salir a su padre.

—¿Y eso porque?

—Estás por descubrirlo.

Por la puerta salió un hombre cercano a los 40 años, de cabello rojo y ropa vistosa, su rostro se había iluminado con una sonrisa al verlos.

Con los brazos extendidos se aproximó a ellos, sujetando firmemente a su novio quien se inclinó un poco para devolver el gesto —¡Selas! me alegra mucho verte muchacho— Tras algunos segundos el abrazo culminó y padre e hijo se veían bastante divertidos.

—Tu te alegras hasta cuando te llamo, Toll.

— Y no lo haces muy seguido— señaló, ahora su mirada rojiza se posó ahora sobre él y sus ojos parecieron dar un brinco— Tu eres Aioria, vaya te ves mucho mejor a como él te describió.

El otro hombre lo inspeccionaba y entonces el castaño entendió aquello de "No va a creer que sales conmigo"— Es un placer señor...— En ese momento se dio cuenta de que no conocía el nombre de su suegro, Selas lo había llamado "Toll" aunque eso parecía más un apodo, quizás un diminutivo de su nombre real— Lo lamento pero Selas no me dijo su nombre.

—¡Oh! eso en realidad no importa, todos me llaman Death Toll— Palmeo el hombro del joven y los invito a pasar, mientras se dirigían al piso del pelirrojo, Aioria no pudo evitar preguntar sobre aquel extraño nombre.

—¿Death Toll? Si puedo saber, ¿A qué se debe ese nombre?— Como un relámpago el recuerdo de su primer encuentro con el italiano llegó a él, en aquella ocasión Selas se había presentado como "DeathMask" ¿Serían parte de algún culto a un dios de la muerte?, una sociedad secreta tal vez, y por eso su pareja nunca le habló de su familia. Negó su propia idea disparatada, a Selas no parecía importarle mucho nada espiritual, quizás era alguna tradición familiar, como en la suya, donde todos los varones llevaban un nombre que iniciaba por A.

—Fue el nombre que elegí, trabajé desde mi niñez en la morgue de mi familia y mientras crecía no sentía que el nombre que me pusieron fuera acorde a alguien como yo, entonces a todo el que me conoce le digo que mi nombre es DeathToll.

Llegaron al apartamento y tras una corta inspección Aioria pudo ver una foto sobre una mesita, allí estaban Selas con unos cinco años aproximadamente, su padre y una mujer muy joven, tomó la fotografía y la observó de cerca — ¿Tu madre no está en la casa?

Su novio tomó la foto que sostenía y la vio algunos segundos antes de decir— No, ella falleció hace mucho, de hecho... Esta fue una de sus últimas fotos ¿Cierto?

Death Toll se aproximó y tomó la fotografía— O si, y te digo Aioria, fue muy difícil lograr tomarla, a ella no le gustaban para nada las fotos, ya sabes era de esas personas que solo creen en vivir los momentos.

Algo avergonzado por sacar a la luz un tema que sabía era delicado se disculpó con los hombres y trato de mantener el buen ánimo— Su esposa era muy hermosa, estoy seguro que fue muy feliz con usted.

Tras aquel comentario los dos hombres se miraron y rieron— Mi madre no era su esposa— Aclaró el Italiano— Nosotros vivíamos en el piso de enfrente, pero ella era como una hija para Death Toll.

Los ojos verdes del menor se ensancharon, ahora sí que tenía sentido todo— Espera... ¿Él no es tu padre?

—No, en realidad no conocí a mi padre, ya sabes al biológico, desde que tengo memoria siempre fuimos nosotros tres.

Los hombres tomaron asiento, mientras seguían platicando sobre su familia

—Y Mejor que no lo hubieras conocido, yo lo vi la primera vez que vino a recoger a tu madre, me bastó verlo de lejos para saber que era un mal tipo, de esos que no tienen relaciones estables— Se señaló el ojo y agregó—Soy bueno juzgando el carácter de los hombres. Por eso supe que tú eres un buen tipo, y no sabes lo mucho que me alegra. Deathmask también estuvo a punto de meterse con un tipejo.

—No de nuevo— Se quejó el albino, echando la cabeza para atrás— habíamos quedado en tocar de nuevo el tema.

El hombre mayor no prestó atención a la queja del otro —Lo hubieras visto, era mayor que él, con el cabello negro y esa expresión de soberbia.

—¡Arles!— Exclamó el castaño— Tenía los ojos rojos también ¿Cierto?

—SI, ese mismo, ¿Cómo lo conociste?

— Bueno... en parte es la razón por la que su hijo y yo salimos. Verá mi hermano mayor es pareja de uno de sus hermanos, en una cena estábamos todos juntos y— El castaño se detuvo, no quería dejar mal parado a su novio y contar cómo él y Arles habían tenido una pelea en la cena de compromiso de su hermano— Usted sabe es ese tipo, en una cena coincidimos y nos conocimos, Selas siempre dice que valió la pena conocerlo a él si al final iba a estar conmigo.

Colocó su mano sobre la pierna de Deathmask quien poco a poco retiró su mano del rostro, aunque aun lucia avergonzado, de seguro recordando la escena de celos de aquella noche.

— Y espero que te quedes siempre junto a él, yo se que cuando se es joven las relaciones van y vienen, y que el amor parece tan solo un cuento, pero si de verdad es posible ojala que ustedes sigan siempre juntos.

Aioria agradeció las palabras dichas y maso horas disfrutando de más anécdotas sobre su novio.

Flufftober-RiaskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora