La mirada de Afrodita no le estaba gustando para nada, prefería cuando era a otros a los que veía de aquella manera tan burlona, pero no soportaba que lo hiciera con él.
—¿Qué? Si tienes algo que decir, dilo—Dejó sobre la mesa la taza de café, cruzándose de brazos mientras que Afrodita solo le sonreía.
—Oh, tengo mucho que decir... iniciando con, cómo es que un muchacho como Aioria te hace sentir inseguro, a ti que no te importan las relaciones, ni los sentimientos de los demás.
—¿Y quien dijo que me altera? No se de donde sacaste eso, yo te conté lo que pasó, solo fue una noche, no me voy a enamorar perdidamente de él.
—¡Aioria! Buenas noches—Afrodita se levantó de su asiento extendiendo los brazos, pero Deathmask se quedó sentado, viendo con incredulidad al menor.
—Que maduro eres, no me harás girar.
El de cabello rubio solo se alejó de él deseándole una buena noche y cuando pasó por su lado y tuvo la certeza de que estaba lejos de él giró su cabeza y descubrió que en efecto Aioria estaba en su templo.
—Aioria... — Se levantó y se aproximó al menor que tenía un mal semblante— ¿No estabas en una misión con Milo?
—Llegamos hace algunas horas y después fuimos a tomar algo— Caminó con lentitud hasta sentarse en el lugar que antes ocupaba Afrodita.
—Yo no diría algo, diría que mucho— Acompañó al menor en la mesa, aunque luego se dio cuenta que debió servirle un café primero— ¿Por qué estás aquí? ¿El patriarca tiene algún mensaje?
—No, esto no tiene que ver con el Santuario, es personal... Desde ese día no he podido dejar de pensar en ti.
—Aioria por favor— Interrumpió al otro, sabiendo a dónde iba esa conversación y él no podía darle al castaño lo que buscaba.
—Ya lo sé, lo dijiste esa noche y se lo confirmaste a Afrodita, solo quiero saber ¿Por qué? ¿Por qué no crees que podemos estar juntos?
—Porque somos muy diferentes— Una suave sonrisa se escapó de sus labios, mientras tomaba su taza de café para distraer su mente de la mirada esmeralda— La luna y el sol.
— Pero la luna y el sol más que diferentes son complementos, el sol da el calor que la oscuridad arrebata y la luna trae la tranquilidad, sabes, no puedo creer que tu estes tan tranquilo con la resolución de que no te enamoraras perdidamente de mi cuando yo he aceptado que tu me tienes totalmente hechizado.
El castaño sostuvo su cabeza con su mano quedándose dormido lentamente mientras que Deathmask sintió quizás por primera vez en su vida que su corazón se acelera por un amor.
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Flufftober-Riask
أدب الهواةAunque sus vidas no sean como las del resto, los santos de Atena también tienen tiempo para los romances. Días del 21 al 24