La cabeza le dolía y se sentía desorientado, estaba en una cama de sábanas blancas y la habitación en que se encontraba se sentía fría y como si no perteneciera realmente a alguien, su mente comenzó a reprochar por sus acciones apenas tuvo conciencia ¿Que era lo que esperaba? Cuando fue esa tarde a beber con Milo esperaba poder desahogar toda esa tormenta de emociones que le provoca el italiano, como desde aquella vez que estuvieron juntos veía su imagen en su mente cuando divagaba. En aquella ocasión el tampoco pensó que ese encuentro llevaría a despertar sentimientos profundos y si reflexionaba a fondo sus sentimientos despertaron por la reciente cercanía entre ambos que lo llevó a dejar desatados sus verdaderos sentimientos.
Escuchó que la puerta se abrió y por esta entró Deathmask con una taza de la mano.
—Vaya, ya estás de nuevo en el mundo de los vivos.
Le dio un gran sorbo al café, era amargo pero sintió que le ayudó bastante con la sensación de mareo— Lamento haberte molestado, seguro que no querías verme anoche.
—La verdad es que nunca imagine verte borracho, fue una experiencia divertida— Se sentó junto al otro en la cama, mostrándote más relajado que como el griego lo recordaba— A Afrodita también le divierte verte pero si te pregunta algo tu no le respondas.
—¿Preguntarme algo?— El griego le entregó la tasa al otro mientras se disponía a dejar la cama— No importa, te agradezco por el café y por dejarme quedar anoche, solo quiero que sepas que no volveré a hacer algo como lo de anoche.
—Claro que no lo harás— Deathmask se mostró ahora más serio aunque esa expresión fingida se disolvió rápidamente, tomo la mano del castaño que ya se encontraba cerca de la puerta y beso suavemente la comisura de su boca— La próxima vez que bebas será conmigo yo no dejaré que lo hagas de manera tan irresponsable.
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Flufftober-Riask
Fiksi PenggemarAunque sus vidas no sean como las del resto, los santos de Atena también tienen tiempo para los romances. Días del 21 al 24