El fin de semana solo me dedique a dormir y dormir, dormir era terapia para mi, yo era feliz en mi cuarto en medio de mi soledad sola con mi guitarra, bien dicen que la música cura el alma, por lo menos a mí me ayudaba, no me sanaba del todo pero por momentos me daba tranquilidad.
Mi familia salió de paseo pero yo no quise acompañarlos, prefería estar en mi "cueva" como decía mi mamá parecía uno de aquellos animales que invernaban y solo salían de vez en cuando, pero así era yo, una persona solitaria, siempre fui haci, y me gustaba eso solo que sabía que no era bueno, Joseph había estado muy ocupado saliendo con Emma, estaba enamoradisimo y yo como la buena amiga que era o por lo menos creí que así era estaba muy feliz por él.
El domingo por la noche estaba escribiendo sobre todo lo que estaba viviendo, escribir, otra cosa que era calma y paz para mí, no le podía y no queria contarle nada a nadie entonces se lo susurraba al papel entre gotas de tinta y agua, agua que ya estaba acostumbrada a tener en mis ojos, me fui a dormir era lo mejor que podía hacer, quedarme llorando de nuevo toda la noche no serviría de nada, igual no quería que mi mamá me escuchara, ya tenía suficiente cuando me preguntó que me estaba pasando.
A la mañana siguiente tenía que ir a la escuela, ya no quería, no lo quería ver, pero iba por Joseph y quizá encontraba a Dylan algo bueno le tenía que encontrar a las cosas; si todo no puede ser color de rosas tampoco puede ser oscuro y frío, debía por lo menos de existir ese rayito de luz en medio de la oscuridad y para mí tenía nombre: Joseph, amaba a ese niño con todo mi ser, era mi amistad más sincera, tantos años de amistad que era prácticamente un hermano, alguien que no quería perder jamás y estaba segura que daría todo por estar con él. Llegando a la escuela pase por la cancha, siempre tenía que pasar por ese lugar, lugar que odiaba pero que sabía mi alma que ahí estaba la razón por la que mi corazón latía más rápido de lo normal, tenía nombre, apellido, apodo, era conocido y ante mis ojos era especial... Sam, tres letras, solo tres letras que hacían mi cuerpo temblar, el nombre por el cual mis ojos estaban dispuestos a seguir derramando lágrimas, la persona por la que me encontraba en aquel estado; lo busque con la mirada pero no estaba, me sentí aliviada pero a la vez algo extraño sintió mi corazón, necesitaba verlo para saber que estaba bien, que estaba ahí
-¡Anna!- escuché la voz de Joseph no muy lejos de mi, voltee y en ese momento mi corazón se detuvo, mis sentidos despertaron en señal de alerta, todos músculos se tensaron, mi pecho subía y bajaba a una velocidad increíble debido a mi respiración, podía sentir los latidos de mi corazón en el cuello, la cabeza me empezó a punzar, podía sentir como la sangre circulaba en ella, solo pude apretar los dedos de mis pies lo más fuerte que pude, morderme la parte interior de mi labio mientras que el dolor se hacía cada vez más notorio, no podía ser verdad, Sam, el mismísimo Sam estaba con Joseph, bueno no me sorprendía al final eran amigos, sí, resulta y resalta que me enamoré del amigo de mi mejor amigo, ohhh vaya Anna no podía hacer nada bien, pero uno no controla los sentimientos, en ese momento yo no sabía controlarlos, Sam ponía mi mundo patas arriba, hacia una mezcla tan confusa que era imposible entenderme a mi misma, tal vez no tanto, si me entendía muy bien, Sam, el chico guapo, alto, con unos lindísimos ojos, ojos color castaños al igual que el resto pero su mirar era completamente diferente, jugador de fútbol en la posición de delantero, máximo goleador del equipo, estudiante de música, atractivo, una mirada imponente y el "todas mías" La verdad me entendía pero eso solo me afectaba, no supe en qué momento pero cuando volví a parpadear Joseph estaba a unos centímetros de distancia con Sam, genial tenía que disimular un poco, solo un poco.
-Anna, ¿Estás bien?- pregunto Joseph mientras examinaba cada uno de mis movimientos, solo que él no era el único que lo estaba haciendo, Sam me estaba viendo, tratando de descifrar a aquella "niña rara" que siempre fui
-Ssss.....sssss....sí Joseph estoy bien, solo un poco desvelada pero durante el día se quita- Voltee a ver a Sam, no me atrevía a hablarte a pesar que ya me conocía de vista
-¿Siempre te desvelas Anna?- No podía ser real, ahora tenía que tragarme mis nervios ahogando con ellos a todas las mariposas que revoloteaban en mi estómago para contestarle de una manera muy normal a Sam
-No, solo algunas veces- Bravo Anna que respuesta más seca, lo vi a los ojos al momento de contestarle, solo tenía una expresión de confusión; Joseph debió de haber percibido la sequedad de mis palabras que rompió la tensión que comenzaba a formarse por un momento de silencio
-Bueno Anna, nos vemos en clase, voy a buscar a Emma y ya te alcanzo- Iba a contestar pero Sam hablo primero
-Ay Joseph, Emma te trae enamorado, ¿Cuándo le vas a pedir que sea tu novia?--Si Joseph ¿cuándo?- ay Joseph Joseph ya estaba en las nubes
-Es que ella es perfecta y se merece lo mejor, quiero pedirle que sea mi novia de una forma muy especial- Joseph tenía la mirada perdida, que alegría sentía por el, mi boca quería formar una sonrisa pero el comentario de Sam hizo que me pusiera sería
-Pues... Perfecta perfecta, no es Joseph- Sam apoyo su mano en el hombro de Sam, también le había ponchado su burbuja de fantasías
-Para mi si es perfecta, es linda, atenta, inteligente, es todo- Definitivamente Joseph estaba más que enamorado, jamás lo había escuchado hablar así
-Bien dijiste Joseph, para ti, porque para mí no, hay mejores que ella- ¿Encerio? ¿A qué veían esos comentarios de Sam?
-Sisisisisi yayaya Sam, no vengas a presumir el "todas mías que eres" ya se que tienes chavas más bonitas y - ni siquiera lo dejo acabar de hablar porque al instante soltó otro comentario
-Bonitas si, pero también con un cuerpazo espectacular- Joseph se rió, igual Sam pero yo no le encontraba la gracia, había entendido a la perfección pero no tenía porque reírme, no tenía ninguna gracia para mí, pero en fin a si era Sam, alguien que solo se fijaba en el físico, en sus grandes atributos y lo que le podían ofrecer a él, personas que se vestían con ropa pegada, maquilladas, con uñas largas y pestañas postizas, mujeres que si eran bonitas
-No me vas a negar que Emma igual tiene lo suyo Sam- dijo Joseph tratando de seguir con esa plática absurda, en fin hombres
-Pues mucho que tenga para ver no Joseph pero está bien para ti, te conformas con eso, pero yo tengo muchos muchos muchos...- interrumpí, quería irme de ahí lo más antes posible antes de seguir escuchando todo eso
-Bueno yo me tengo que adelantar, te veo en el salón Joseph- ni siquiera voltee a ver a Sam, di media vuelta y me dirigí directo al salón pero por el pasillo me encontré con Emma y sus amigas, le sonreí, mi intención era pasar de largo pero Emma me detuvo
-Anna, ¿Puedo hablar contigo un momento?- su pregunta me tomo por sorpresa
-Si- Emma se separó de sus amigas y caminamos juntas por el pasillo, estábamos en silencio hasta que ella decido hablar
-Queria preguntarte algo- dijo algo dudosa de si hablar o mejor quedarse callada
-Dime-
-¿Sabes si a Joseph le gusto?- que pregunta más obvia, por supuesto y claro que sí, no sé a qué venía eso, me reí por lo bajo y Emma me miró confusa, le respondí muy tranquilamente
-Si Emma- era la respuesta que ella esperaba porque solo escuchar una silaba, sus ojos brillaron
-Aaaa okey, es que no estaba segura- no pudo disimular porque se sonrojo al instante
-Esta bien, es muy obvio, te aconsejo que hables bien con Joseph, es un buen chico Emma, merece lo mejor y se que contigo estará bien- los ojos de Emma brillaron aún más, estaba enamorada de Joseph, yo solo quería que mi mejor amigo fuera feliz-Gracias Anna y perdón por molestar-
-No es molestia Emma- detrás de nosotras se escuchó la voz de Joseph, volteamos al mismo tiempo y note como Emma se ponía nerviosa
-Bueno, creo que es mejor que me vaya- le di una palmada en el brazo y me fijé en Joseph quien estaba con una sonrisa de oreja a oreja. Me dirigí al salón lo más probable es que el resto del día Joseph estuviera con Emma, en los pasillos busque a Dylan pero no estaba; después de clases no tenía nada que hacer en la escuela así que mejor regrese a casa y durante el transcurso del camino solo me puse a pensar en los comentarios innecesarios que hizo Sam con Joseph, otra característica de mi, sobrepensaba todo.
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LO BUSQUE, PERO NO LO ENCONTRE
RomanceHay personas que perseguimos el amor, pero no lo encontramos, este es el caso de Anna, una joven que diariamente se enfrenta al miedo y a la inseguridad, con la esperanza de encontrar a alguien que la ame, en su busqueda es cuando llega Sam, un jove...