Estando en mi casa no había mucho que hacer, mamá estaba con mis hermanos y papá no había llegado del trabajo, toda la tarde dormí, recuerdo muy bien una frase "cuando duela solo duerme" dormir era mi escape aparte de la música, no sabías de nada en absoluto, te desconectabas de la realidad y vivías la tuya en los sueños.
Estaba en la escuela, con él agarrada de la mano; todos estábamos felices, mis inseguridades, mis miedos y mis problemas se habían ido, ahí estaba Joseph con Emma una pareja increible, Emma la chica que todo el mundo deseaba era mi amiga y yo era como ella, por alguna extraña razón estaba Dylan conviviendo con Joseph y Emma, todo era color de rosa, El estaba sonriendo a mi lado, estaba conmigo, en ese instante nuestras miradas se encontraron, sus lindos ojos castaños eran diamantes brillando con el Sol, esa mirada era para mí, estaba puesta en mi, sus ojos me miraban a mi solo a mi y a nadie más.
-Eres perfecta- exclamó mientras yo seguía perdida en su mirada
-Te he dicho que te amo-
-No necesitas decirlo amor, con solo ver esa mirada me doy cuenta- me acaricio la mejilla, contacto fisico, algo que odiaba con todos excepto con él
-Gracias- exclamé en un susurro
-¿Por qué gracias?- iba a responder pero antes de poder formular una palabra un suave beso impidió que hablara -No necesitas agradecer-
-Pero...-
-Shhh, se que me quieres agradecer por darte un lugar en mi vida, agradecerme por verte y valorarte, amor no necesitas nada de eso, estás conmigo es lo importante, eres alguien espectacular en todos los sentidos, aunque si yo no te hubiera visto Anna, cualquier persona te hubiera dado un lugar en su vida-
¿Había algo que él no hiciera bien? Ante mis ojos todo lo que él hacía estaba bien, era lo que quería y lo que soñaba, pero ahí estaba esa mirada, una mirada que hacía que mis ilusiones cayeran, Dylan siempre me había advertido sobre él, trataba de convencerme de que mi lugar no era a su lado, yo no lo entendí, porque siempre que algo iba bien tenía que irse por la borda, la mirada de Dylan era una de advertencia.
-Anna, Anna- mi madre me hablaba -Anna, cariño despierta, llevas toda la tarde durmiendo- ¿Qué? Entonces todo había sido un sueño, un sueño muy rápido pero tan realista, otra vez no, no era la primera vez que pasaba.
-Lo siento, me quedé dormida- mi voz se escuchaba confundida y mi rostro reflejaba lo mismo
-¿Estás bien cariño? Últimamente solo quieres dormir, ya no sales, ya no tocas, ya no cantas- mamá se sentó en la orilla de mi cama, su rostro reflejaba preocupación pero su mirada quería saber todo lo que me pasaba, estaba tratando de descifrarme, mi mayor miedo, siempre conseguía lo que quería cuando se trataba de mi
-Amor dime qué tienes- no podía, como le explicaba que no podría hablar sin derramar una sola lágrima, como le decía que su hija estaba así por una estupidez, algo tan insignificante que cuando se lo conté a mi amigo solo se rió de mi, no podía, tenía miedo de lo que ella me dijera
-Nada mamá- otra vez mi rutina de siempre, mentir, siempre fui muy reservada cuando me sentía mal, no decía las cosas para no preocupar a las personas, en especial a mi familia
-No digas que nada Ana- su tono de voz se había vuelto serio, esto no iba para nada bueno, conseguiria lo que quería saber de mi
-De verdad mamá, no tengo nada-
-¿Ah no? Entonces porque estabas llorando ayer- No no no, me había escuchado, pero si me encerré en mi baño, joder no, me había escuchado y ahora no desistiría hasta que le dijera la verdad
-¿Me escuchaste llorar? Pero mamá-
-Anna nada de peros, llevas tiempo así y no voy a dejar que mi hija sufra sola, dime de una vez que tienes-
-Nada mamá, estoy bien-
-No me quieres decir, lo entiendo, solo dime porque llorare ayer-
-Por estrés fue eso- ¿Estrés? Jajaja quien iba a creer eso
-¿Tanto tiempo?-
-Ma, por favor no quiero hablar, tarde o temprano te diré pero aún no- me tomo de las manos, estaba preocupada, así era el amor de una madre, puro e incómodo, no lo podía ver, no podía ver qué le podía decir lo que estaba pasando y ella me entendería a diferencia de los demás jamás me jugaría
-Esta bien cariño, cuando me tengas la confianza suficiente y estés lista me dices, sabes que nunca voy a menospreciar lo que sientes-
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LO BUSQUE, PERO NO LO ENCONTRE
RomanceHay personas que perseguimos el amor, pero no lo encontramos, este es el caso de Anna, una joven que diariamente se enfrenta al miedo y a la inseguridad, con la esperanza de encontrar a alguien que la ame, en su busqueda es cuando llega Sam, un jove...