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Cuando Becky despertó la mañana del viernes, no estaba segura si lo que había pasado era real o no. Sin embargo, de una cosa estaba absolutamente segura, su pijama de algodón estaba pegajosa y se sentía incómoda.

Se quedó sin aliento cuando se bajó su ropa interior en el cuarto de baño y vio que tenía esa maldita humedad. Se sentía como si quisiera gritar de rabia y frustración.

El hecho de que había soñado con Freen besándola no tenía nada que ver con eso, ¿verdad? Se estaba volviendo loca y tenía que estar abajo para el desayuno en quince minutos.

Ahora no era el momento para la salida de un monstruo gay.

¿Quién dijo algo acerca de ser gay?

Oh, Dios mío me iré al infierno. Y todo por culpa de Freen.

Becky se hizo una promesa a sí misma de no hablar con Freen Chankimha nunca más; eso comenzaría después de entregarle su chaqueta. Y para ser honesta, era un poco injusto que la chaqueta oliera tan bien.

Se colgó su mochila, antes de amarrar su pelo y arreglar su corbata en el espejo una última vez, para luego ir a la cocina.

Estaba tan fuera de foco sobre lo que estaba pasando a su alrededor, cuando su madre le hizo la misma pregunta dos veces.

—Perdón, ¿qué?

—Tú y Anurak cumplen cinco años juntos el próximo viernes. ¿Estás planeando algo especial para él?

—Uh... no lo sé. ¿Tienes alguna idea?

—Bueno el año pasado se fueron a París por el fin de semana, así que tal vez podrías llevarlo a Roma esta vez O ¿a Berlín?

Francamente, Becky no quería ir a ninguna parte con Anurak este año. Sólo quería quedarse en casa y tal vez invitar a algunos amigos, como lo hicieron para su tercer aniversario.

—Estoy pensando en una fiesta ¿tal vez? Con amigos de la escuela.

—¿Una fiesta?

Becky se encogió de hombros y asintió, preguntándose si le permitirían invitar a Charlotte y Billy. Freen no sería invitada. Dios sabe lo que iba a romper o robar si ponía un pie en ella.

—Tengo una sorpresa para ti Becky. —Su padre dijo cuando estaban casi terminando el desayuno.

—¿Sí? ¿Qué es?

—He hablado con tu director y me dijo que te ha ido muy bien en la escuela, así que decidí darte tu regalo de cumpleaños adelantado.

Los ojos de Becky se abrieron.

—¿Qué? Te refieres a...

—Sí, puedes tomar el Lamborghini mañana por la tarde para dar una vuelta. He tirado algunos hilos al gerente de la escuela de manejo y me dijo que te podría tomar la prueba hoy, después de la escuela.

—¡Sí! ¡Oh, Dios mío! ¡Gracias, papá! —Dijo Becky y saltó de su asiento para ir a abrazar a su padre.

—No solo a mí, dale las gracias a tu madre también. Fue su idea.

Becky le dio un beso en la mejilla y ella sonrió. No podía esperar para decirle a Engfa y a todos los demás en su escuela.

Engfa estaba muy emocionado cuando oyó hablar del auto, y le dijo que también estaba esperando un Bugatti Veyron para la Navidad. Becky estuvo muy feliz resto del día, hasta que se dio cuenta que tenía que devolverle a Freen su chamarra. Miró su reloj Rolex, antes de que se diera cuenta de que tenía tiempo para caminar hacia ella (podía verla hablar con Billy justo en la entrada de su escuela) y entregarle su chaqueta. El maestro de conducir vendría por su examen en unos diez minutos, por lo que comenzó a hacer su camino rápido.

Bebé, el cielo está en tus ojos「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora