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tiago movía con urgencia sus labios contra los del ojiverde.
dejando algo muy en claro en el beso, que nadie podía hacerle sentir como lo hacía tiago, nadie.
y no exageraba, estaba tan cegado, como para ver que pacheco estaba con cualquier chica que se le cruzaba enfrente, sobre todo, que fuera atractiva, siendo él la excepción al ser un chico.
¿cuál era la explicación a todo esto?
bien, la situación no era del todo grave. no cuando no estabas en el lugar de mauro.
pronto sintió sus manos apretar con un urgencia sus caderas, apretandolo contra él, haciéndolo suspirar bajito.
los besos del morocho bajaron a su cuello, y su rodilla se interpuso entre sus piernas. estaba arrinconado contra la pared, él jalaba suavemente algunos mechones de su platinado cabello.
esa misma tarde volvieron a hacer el amor (según la descripción de monzón). cuando para tiago, no era más que un encuentro más, olvidándose totalmente de lo que sentía el ojiverde.
estaba acurrucado contra el cuerpo desnudo del otro, esperando que no lo dejara nuevamente solo, como lo hacía siempre.
cuando sintió unas palmaditas en la espalda, el mismo sentimiento de decepción apareció.
—¿te vas? —preguntó.
recibiendo un asentimiento indiferente del pelinegro, quien se vestía nuevamente.
—¿no podés quedarte un poquito más?, dale, tiago. siempre te tenés que ir —soltó triste, con un puchero en los labios.
pacheco ni siquiera lo miró, y negó.
—no puedo, mauro, entendé. yo si tengo cosas que hacer —respondió algo molesto por la intensidad del ojiverde.
mauro se rindió, soltando un suspiro, se acomodó entre las sábanas aún desnudo, queriendo dormir un poco.
tiago ante esto revoleó los ojos, se acercó rodeandolo con sus grandes brazos, esperando convencerlo.
a ver, tan malo no era.
—no te enojés, sabés que no me da tiempo para todo. te prometo que a la próxima me quedaré con vos.
el ojiverde sintió en su pecho algo de esperanza, moría porque tiago le prestara atención y lo amara, tanto como él lo hacía.
asintió levemente y se acercó al otro buscando sus labios. tiago algo en desacuerdo solo dejó un pico y salió de ahí.
dejando a mauro con más esperanzas falsas, que sólo lo llenaban de inseguridades.
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