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—LA ÚLTIMA VEZ QUE HICIMOS ESTO, casi muero.— Murmuró Cori mientras seguía a Bella a través de la maleza del bosque, con la mirada fija en sus pies mientras pisaba raíces de árboles y rocas.
—Te dije que no tenías que venir.
—De nuevo, no te voy a dejar que te adentres sola en el bosque, especialmente cuando esta mujer Victoria está aquí y quiere matarte. Soy una buena hermana.
—¿Y yo no lo soy?— preguntó Bella, mirando por encima de su hombro.
—No es eso lo que quise decir.— Sacudió la cabeza, haciendo que Bella se riera un poco.
—Solo ven.— Bella puso los ojos en blanco, apartando una rama de un árbol del camino.
—Entonces, ¿por qué teníamos que venir hasta aquí solo por la vista?— preguntó Cori, sin aliento, por eso renunció a la caminata. —¿Vas a tomar fotos o algo así?
—Uh, seguro.— Bella asintió, pero Cori se dio cuenta de que algo no iba bien.
—Oh, Dios.— Resopló mientras atravesaban los árboles cerca del acantilado. —Esta no es otra de esas cosas que haces cuando te vuelves adicta a la adrenalina para poder ver a ese psicópata, ¿verdad?
Bella se quedó callada por un momento y Cori suspiró, pasándose las manos por las trenzas. —Te dije que no vinieras.
—Dios, Bella, ¿tienes un deseo de muerte o algo así?— resopló, poniéndose entre su hermana y el borde. —Esto es una locura y potencialmente peligroso.
—Lo has hecho.
—Sí, desde más abajo y tenía a los chicos conmigo y papá sabía dónde estaba, también Harry y Billy.— Argumentó. —Nadie sabe que estamos aquí, no hay nadie que nos ayude si nos hundimos. Podrías golpearte con las rocas, podrías ahogarte.
—No me importa.— Bella la empujó a un lado. —Tengo que verlo.
—Te das cuenta de que esto no es saludable, ¿verdad?
