2- Pensar demasiado

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La luz se alzó en el cielo, alas brillantes doradas aleteaban formando una brisa. Mothra descendía con elegancia, como siempre. Sus patas se posaron en el suelo, primero las delanteras más pequeñas, luego las delanteras más grandes, y por último las traseras. Con un último aleteo, las alas de la polilla descansaron sobre la tierra.

La polilla divina hizo una pequeña reverencia hacia Shimo y Kong, los dos devolvieron el saludo. "Es bueno veros, amigos" Gorgojeó Mothra para luego enfocar su vista en Kong. "Creo que se te ha perdido cierto niño de ojos verdes..."

Kong sonrió aliviado al saber que Mothra trajo a Suko sano y salvo. Solo habían pasado unas semanas juntos, pero para Kong, Suko ya era su hijo. Era como verse a sí mismo cuando era pequeño, pero ahora tenía la oportunidad de darle una vida mejor, una familia.

Se escucharon los pasos rápidos de Suko y... Unos pasos más pesados, mucho más pesados que los de Suko.

Esos pasos fueron mas reconocibles a medida que se acercaban, puede que para muchos todos los pasos de criaturas grandes sonaran igual, pero para Kong no. Para Kong eran inconfundibles. Él... Sabía a quién pertenecían.

El pequeño Suko corrió hacia Kong en cuanto le vió, con una gran sonrisa aunque sabía que probablemente Kong le castigaría sin salir a pasear durante unos días.

Y detrás del... El rey de los monstruos, cuya presencia hizo que todos enmudecieran.

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Media hora antes
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Suko caminaba junto a Godzilla, mirando sus alrededores con la curiosidad que solo podía tener un niño.

Una pequeña brisa golpeó la nuca de Godzilla mientras caminaban entre los altos árboles de colores cálidos. Él miró hacia arriba, Mothra les llevaba ventaja, claro, ella podía volar. El lagarto suspiró arrugando el hocico. No le molestaba la presencia de un niño, pero le gustaría continuar hablando con Mothra. Ella probablemente quería que Godzilla hablara con el niño.

Sus ojos se desviaron un momento hacia Suko, descubrió que Suko le había estado mirando. El niño rápidamente apartó la mirada.

Godzilla dejó sus párpados caer y volvió a mirar al frente. Su mente comenzó a divagar para distraerse. El lagarto empezó a recordar la batalla contra Skar, cómo acabaron con su vida de una vez por todas. Pensó en cómo debió haber acabado con su vida milenios atrás, pensó en cómo lo joven y ambicioso que era le hizo cometer actos terribles contra los grandes simios, cuando muchos de ellos eran inocentes...

Él sacudió su cabeza ligeramente, esos recuerdos eran demasiado dolorosos, ¿Por qué había tanta rabia en él en aquel entonces? ¿Cambió alguna vez? ¿Por qué no podía ser más... Empático?

Entonces su subconsciente le llevó al recuerdo de después de la muerte de Skar.

Kong alza su mano hacia Shimo, ella está asustada, algo confundida... Kong se acerca a ella con cautela, le mira, esa mirada... Hizo que Shimo confiara en él. Una sola mirada hizo que el titán más antiguo de la Tierra confiara en Kong. Su hocico se junta con la palma de la mano del simio y este sonrie.

Godzilla miraba la escena, miraba cómo Kong sonreía... Esa sonrisa, tan tierna y gentil en su rostro...

"Me gustan las cosas rosas que salen de tu espalda..."

Ese pequeño murmullo le sacó de sus pensamientos, de esos raros pensamientos. Parecía que no se podía sacar al estúpido simio de la cabeza aunque solo quisiera distraerse.

El lagarto miró al niño. "Gracias" respondió, trató que su tono no pareciera muy serio.

Las comisuras de los labios de Suko se curvaron un poco. "¿Vas a quedarte para la hora azul? Estaría bien que lo hicieras, las luciérnagas son muy bonitas" Suko se irguió un poco más "Brillan, ¡como tú!"

𝓑𝓵𝓾𝓮 𝓗𝓸𝓾𝓻 | kongzilla [Godzilla x Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora