5- Todo toma color

178 13 5
                                    

Una lengua húmeda se deslizaba juguetonamente por la mejilla del simio, para hacerle reír y poder saborear esa risa. Godzilla recorrió el frondoso pelaje del hombro izquierdo de Kong con sus garras. Era tan suave y espeso que se sentía único.

Por supuesto, el instinto del lagarto le decía que mordiera, pero se contuvo. Morder era un símbolo de afecto entre los de su especie... Posiblemente no entre la de Kong, y no quería incomodarle nada más haber confesado sus sentimientos. Pronto se olvidó de sus instintos al notar la forma en la que el simio le había tomado la mano, lentamente entrelazando sus dedos.

La mano de Kong era mucho más grande que la de Godzilla, sus dedos más gruesos, flexibles. Era una sensación cálida el sentir las palmas juntas.

Al rey de los monstruos nunca le habían tomado de la mano, no era algo que su especia hiciera... Pero ahora lo estaba haciendo con Kong, y se sentía íntimo, se sentían bien.

Era el símbolo de que estaban unidos, de que eran pareja, el símbolo de que-

"¿P...Papá?"

Los dos titanes adultos se sobresaltaron al escuchar esa voz y rápidamente se separaron. Kong miró a todos lados agitado, hasta que descubrió la posición del pequeño dueño de esa voz. Suko les miraba estupefacto.

El simio mayor abrió los ojos como platos, casi tanto como Suko, los iris esmeralda del niño tenían un brillo pícaro. Acababa de encontrar a su padre en una situación... Curiosa, por decir lo menos.

"Uh- uh... ¡Suko!" Kong dió un brinco hacia atrás. "T-tú deberás estar con- con... Clan-" reprendió el simio mayor en un tono excusatorio. Godzilla rápidamente miró hacia el lago, de una forma algo tonta, como si eso fuera a hacerle desaparecer de la vista del niño.

"Tardabas mucho en volver así que..." Murmuró Suko, una sonsira burlesca formándose en su rostro. "Pero ya veo que estabas ocupado."

El rostro de Kong se encendió de inmediato, la luz anaranjada y rosada de los cristales le ayudaban a disimular su colorada cara. Nunca antes se había sonrojado tanto. El pequeño simio no pudo evitar reírse entre dientes. Godzilla rápidamente volteó la cabeza, quería ayudar un poco al desesperado Kong. Teniendo en cuenta qje Kong era su amante... Suko era su hijo también ahora ¿no?

"No estaba ocupado, Suko..." Declaró Godzilla. "Solo- uh... Le distraje un poco, de todas formas ya me iba." El rey de los monstruos retrocedió un paso, pero antes miró a Kong.

El simio se veía algo decepcionado de que se tuviera que marchar tan pronto, pero era lo mejor, él tendría que explicar muchas cosas a Suko... Godzilla suspiró, se acercó a Kong y, para sorpresa del simio, le dió un lengüetazo en los labios a forma de despedida.

Y sin decir nada más se metió en el lago, el agua se desplazó con fuerza por la inmensidad de su cuerpo y su cola formó un gran chapoteo, cortando en agua como si fuera un cuchillo antes de sumergirse por completo. Kong observaba esto con las llemas de los dedos tocando ligeramente sus labios, aún sintiendo un cosquilleo en ellos.

Una sonrisa tonta se formó en su rostro antes de escuchar la risitade Suko, e inmediatamente le miró con reproche.

Aunque estaba feliz, muy feliz.

{_________________________________________}

Las semanas pasaban más rápido que el aleteo de una mariposa. Godzilla ni siquiera se daba cuenta de que pasaba más tiempo en la Tierra Hueca que en la superficie ahora. No lo pensaba, no le importaba. Fue como un giro radical en su vida, un giro del que se había acostumbrado tan rápido que simplemente no quería pensar en otras cosas.

𝓑𝓵𝓾𝓮 𝓗𝓸𝓾𝓻 | kongzilla [Godzilla x Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora