𝓑𝓵𝓾𝓮 𝓗𝓸𝓾𝓻 | kongzilla [Godzilla x Kong]

4- Sentimiento complicado

Pasaron días, semanas, y antes de darse cuenta ya había pasado un mes. Un mes entero en el que los científicos de Monarch se preguntaban por qué Godzilla entraba y salía tantas veces de la Tierra Hueca. Y la rutina era la misma; Godzilla pasaba unos días en la superficie, entraba en la Tierra Hueca, se quedaba uno o dos días y volvía a salir.

La realidad es que Godzilla bajaba en busca de la calidez del gran simio castaño. De la calidez de su sonrisa y de la calidez de su mirada.

Le hacía sentir seguro pasar el rato con él... Pero, claro, aún no se atrevía a mostrar sus verdaderos sentimientos.

También bajaba para ver a Mothra, cada vez notaba que su relación volvía a ser la misma. Era increíble como a pesar de los años y las muchas reencarnaciones de Mothra, su relación con la polilla seguía siendo la misma, igual de buena. Godzilla incluso tenía la sensación de que cada vez era mejor.

"Creo que él siente lo mismo por tí" gorgojeó la polilla "La forma en que te mira, puedo notarlo..."

Godzilla sacudió la cabeza con lentitud "O tal vez solo tratas de ser amable y darme confianza"

Mothra entrecerró sus enormes ojos azules, intensificando el brillo de los mismos para hacer su mirada más penetrante. La reina de los monstruos podía ser muy persistente a veces, y también intimidante con esa persistencia.

"Te lo digo porque estoy segura" Ella ladeó la cabeza y limpió sus antenas con sus patas delanteras. "Y cuando estoy segura de algo siempre-"

"Tienes razón" Interrumpió Godzilla apartando un poco la mirada.

Estaban en el mismo prado donde Godzilla quedo hipnotizado por las hermosas luciérnagas, las cuales ahora se escondían de la potente luz de los cristales. La hierba aún era fresca y Mothra disfrutaba de estar rodeada de flores. La cola de Godzilla se desplazó por las flores más blancas, con suerte no estropeàndolas. "Pero aunque tengas razón, no puedo dejar de pensar en que somos demasiado diferentes para..."

"¡Tonterías!" Chilló la polilla. "Tienes que dejar de ser tan pesimista, Gojira" La cabeza de Godzilla cayó sobre el suelo, haciendo que la reina saltara un poco por el temblor. Frustrado resopló mientras el delicioso aroma de las flores entraba en sus fosas nasales.

Pensó en todo lo que había pasado en el último mes. Bajaba a menudo a la Tierra Hueca para supuestamente ver a Mothra y de alguna forma siempre encontraba la excusa para visitar a Kong. Cada día se volvían más cercanos, tan cercanos que Godzilla no paraba de cuestionarse cómo fue posible que tan solo unos años atrás tenía una sed intensa de su sangre, de su sufrimiento y de matarle, tan solo por ser el amargo recuerdo de un conflicto entre sus especies.

Ahora tenía sed de su felicidad, de su afecto... Ese anhelo tan vivo le hacía sentir genial, pero a la vez terriblemente avergonzado de sí mismo.

Era complicado, puesto que ni él mismo entendía en qué situación se encontraban. Comían juntos, paseaban juntos... Incluso a veces dormían en la cueva de Kong, cuando Godzilla no se sentía con fuerzas para lidiar con los incordios de la superficie. Era una relación rara, sí, pero nada que se alejara demasiado de la amistad, según su voz interior.

"Deberías intentarlo" La fuerte voz femenina interrumpió los pensamientos de Godzilla e hizo que Mothra volteara rápidamente. Los pasos de Shimo siempre hacían que las plantas se llenara de escarcha y las gotitas de humedad en el aire en diminutos copos de nieve.

Era bonito de ver, cuando te parabas a observarlo con atención y no estabas tan hundido en tu propia mente como lo estaba Godzilla en ese momento.

"¿Intentarlo?" Una risa sarcástica salió de lo más profundo de la garganta de Godzilla. "Ni siquiera sé cómo hacer eso"