Capítulo 8: Matrimonio feliz

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Capítulo dedicado a: Amante_detodo. Muchas gracias por tu apoyó<3

Narrador.

Acomodó sus lentes sosteniendo el cuerpo de su sobrino contra su pecho, mirando mortificado como la criatura de un solo ojo se llevaba a su esposa.

Jugo con su anillo de bodas, respirando profundamente tratando de calmarse sus mismo. Tenía un plan fijo, si todo salía como debía, tendría a su mujer en sus brazos al final del día. Claro, solo si todo salía como debía.

-Conozco una forma de derrotar a Bill, y sobre todo, salvar a mi esposa, ¿Me ayudarás? -preguntó girando hacia su sobrino. Dipper, con lágrimas en sus ojos después de haber visto como aquel monstruo secuestraba su tía, asintió determinado. Recuperaría a su hermana y a su tía, restauraría el orden en su familia.

Familia, término que usaban para la familia Pines, pero nunca habíamos visitado el cómo era la familia Williams. La familia materna de Hebe.

-¡Más ajustado! -ordenó. No había sido suficiente para ella. Ese vestido se ajustaría a su diminuta cintura el triple de lo que ya lo hacía. Su prima, quien sujetaba los cordones, hizo una mueca de miedo, insegura.

-Ay, Hebe, solo...

-¡Más! -insistió interrumpiéndola, aferrando sus manos con fuerza a la silla, cerrando sus ojos. Era un dolor soportable, un dolor nupcial.

-¡Ah!

Una de sus primas gritó asustada cuando un botón del corset salió volando, reventando su copa de champagne. Su otra prima, Iris, tiró tanto como pudo de los cordones, hasta que los ató. Irónicamente, Hebe por fin pudo respirar, exhalando firmemente.

-Perfecto... -susurró complacida. Lita alzó las cejas con gracia, limpiando su mano levemente mojada con una servilleta.

Tomaron el vestido de novia poniéndolo sobre su cuerpo, cubriendo su ahora más esbelta figura con aquel trapo blanco y brilloso que se ajustaba perfectamente a su figura.

-Perfectamente colocado -susurró Lita complacida, acomodando los tules del vestido para que Hebe pudiera ver su reflejo perfecto delante de ella.

Con un escote esponjado en forma de corazón y tules en sus hombros, el vestido blanco se ajustaba un poco más abajo de sus muslos, hasta tener una caída suave y cerrada hasta el suelo.

-Una novia preciosa -coincidió Iris, más que satisfecha con lo que había visto. Hebe suspiró pasando sus manos por su cabello hondulado bien definido, con un sencillo maquillaje con labios rosados y brillantes.

-Ya estoy lista -susurró aliviada, al fin permitiéndose respirar, mirando de reojo el anillo que ya hacía en su dedo anular.

-Tengo todo bajo control, este día será perfecto -aseguró con una sonrisa confiada en sus labios, entrecerrando sus ojos. Su suegra río encantada, el padre de Stanford, parecía más tranquilo, feliz de ver a su hijo mayor prosperar.

El padre de Stanford no era muy diferente a su propio padre. Aquel que le había asegurado una vida cómoda en un lugar tranquilo, ahora la visitaba después de mucho tiempo para entregarla en el altar a otro hombre.

-Padre...

Su padre giró hacia ella con los brazos cruzados, manteniendo una expresión estoica y seria. Hebe sonrío con dulzura, mirándolo atentamente antes de recibir un suave abrazo y un beso en la frente. De ahí no hubo más palabras, esa fue prueba suficiente de la bendición de parte de su padre.

Hasta Traerte De Vuelta | Stanford Pines Donde viven las historias. Descúbrelo ahora