Capitulo 12: El deber de un Dios

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Ya habían pasado algunas semanas desde que Issei había llegado al Olimpo, un lugar que solo pocas personas tenían acceso, ahora entendía porque era así, las condiciones de vida y también como estaba le terreno, realmente solo era para personas divinas, Issei no se sentía de tal manera, pero debía de admitir que  de cierta manera se sentía especial, ahora veía porque los dioses griegos eran de los más fuertes y atléticos de todas las mitologías.

-Si que es difícil el estar entrenando sin Ddraig.

-Ahora eres caballero, hay que desarrollar todas las armas que tienes.

-¿Has tenido muchas armas Kratos?

-Bastantes, y debí perfeccionar todo a lo largo de mi vida, no por nada soy el Dios de la Guerra, tuve muchas armas.

Issei miro con admiración a su maestro, si bien había pasado algo de tiempo, aún le costaba trabajo seguir el ritmo, si bien ya tenía el cuerpo de un Dios, le faltaba la condición física y mental que requería un poder divino, más por su cuerpo, también la armadura que ya tenía y más aún para poder controlar el poder que se le otorgo por ser el Sekiryuutei, muchas cosas que hacer y pareciera no tener algún momento de poder lograrlo.

-Te dejo muchacho, alguien ha venido a verte.

Sin más Kratos se alejo de la zona, Issei lo observó, este iba volando gracias a un par de alas algo extrañas, pero no le puso atención, puesto que sus propias alas no eran tan comunes como se pudiera creer, aunque se quedó absorto en la persona que fue a verlo.

-Es bueno ver qué sigues progresando mucho en tu entrenamiento, eres increíble.

-Azazel, es un gusto siempre poder verte, dime qué te ha traído al Olimpo, más aun al verme.

-Tengo permiso, además he venido para que regreses a una misión, si bien tu entrenamiento es importante, hay cosas en las que solo el pilar de facciones puede intervenir.

-Pero yo no soy de política, es más ni siquiera se cómo presentarme, ya sabes que yo soy de llegar, golpear y largarme.

-Es correcto, pero a final de cuentas ahora tienes más cosas que hacer, no por nada ya eres un Dios Issei, además algunas de tus chicas te extrañan.

Issei río por lo último, si bien sabía que debía regresar a ver cómo estaba todo, no esperaba que ahora tenía deber en lo político, más que nada al ser el pilar de las facciones, sentía que era demasiado peso para sus hombros, además le aburría demasiado, aún recordaba con miedo y pavor las lecciones de la matriarca Gremory anterior, aunque ahora era un poco distinto.

-De acuerdo, ¿A dónde iremos en esta ocasión?, me da flojera todo esto.

-Pues para tu grata sorpresa, iremos al cielo, Irina está ahí esperándote, tienes una junta para que de cierta manera se te regrese parte del poder divino de Ascalon.

-Es cierto, utilice todo su poder en Trihexa, ya no lo recordaba, le agradezco mucho, solo necesito tener una vestimenta adecuada.

-Ahorita me encargo de eso, vamos en este momento al cielo.
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Issei recorría con calma el llamado paraiso, veía con nostalgia todo, aún recordaba cuando de adolescente venía, el como incluso fue casi protegido de "caer" aunque el no era un ángel, pero por sus pensamientos pervertidos provocó que aquel sistema de protección se haya activado.

-Es muy bello ver al pilar de las facciones vivo y visitando el cielo.

-Gabriel-sama, muy bueno ver qué me reconoce, la verdad me da mucho gusto verla por aquí, aunque claro, este es su hogar.

High school DxD: Infinity (Adoptada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora