En un universo paralelo conocido como Omegarverse, donde las conexiones entre omegas y alfas trascienden lo racional, se teje una historia de destino y romance . En este mundo, un omega y un alfa están irremediablemente destinados a estar juntos, de...
Habían pasado exactamente 3 semanas desde que nació el pequeño ni-ki, y tanto como Hyunjin y Felix estaban muy felices por la llegada de su pequeño. Ambos padres se había encargado de darles amor a su pequeño hijo, y también darle todos los lujos posibles,desde ropa hasta pequeñas joyas de oro que usaría en un futuro.
Era un día sábado cuando toda la familia tanto como la de Félix y Hyunjin estaban reunidos en su casa, especialmente las madres de cada uno. Todos en especial Félix estaban nerviosos, dentro de una horas se iba a casar, y ni él mismo Félix se lo podía creer. Pero ahí estaba luciendo un precioso traje blanco, con pequeñas perlitas incrustadas en la hermosas tela de seda, y los pequeños detalles que portaba en traje, todo era perfecto tal y como lo quería el pecoso. Félix se encontraba con unas maquillas que se habían contratado, la madre de Félix y su futura suegra estaban ahí acompañándolos a él y a su bebé, aunque haya una pequeña tensión entre Félix y su madre, pero eso quedaba de lado. El pequeño ni-ki estaba feliz por alguna razón, él sabía que era un día muy especial para sus padres, y Félix disfrutaba de la alegría de su pequeño bebé.
Por otro lado Hyunjin estaba en la casa de chanbing, y era porque él no podía ver al novio, hasta que esté en la iglesia, lo cual no le gustaba a Hyunjin porque él deseaba ver a su pequeño rayito de sol, pero ese no era el tema. Se encontraba tranquilamente acomodándose su traje hasta que alguien tocó la puerta.
-¿Hyunjin? Debes apurarte amigo , estás a nada de casarte con el amor de tu vida - dijo su amigo.
- ya casi estoy listo- respondió.
En menos de 10 minutos Hyunjin ya estaba listo. Su traje era de color negro, tenía detalles del mismo color en partes distintas del traje, y había algo muy llamativo, ya que el traje que tenía Hyunjin, combinaba exactamente con el de Félix, ya que se habían tomado de mandar hacer sus propios trajes, ya que a Félix no le gustaba ninguno, entonces por capricho de Félix, Hyunjin mandó hacer los trajes más caros con los gustos de su pequeño novio, todo por hacerlo feliz .
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Era ya las 3 de la tarde cuando Félix y Hyunjin se encontraban en la iglesia, rodeados de amigos y familiares que esperaban con entusiasmo el momento culminante de su amor. La luz del sol se filtraba suavemente a través de las vidrieras, creando un ambiente mágico que reflejaba la felicidad del día.
El sacerdote, con una sonrisa amable, se dirigió a ellos mientras los invitados se acomodaban en sus asientos.
-Queridos Félix y Hyunjin, hoy están aquí para celebrar su amor y unirse en matrimonio. ¿Están listos para hacer sus votos?-
Félix miró a Hyunjin, sus ojos brillando con emoción. -Siempre he estado listo para esto-respondió con una voz suave pero firme.
-Yo también- dijo Hyunjin, tomando la mano de Félix con ternura. -Eres mi todo.-
El sacerdote asintió y les pidió que compartieran sus votos. Félix, nervioso pero decidido, comenzó:
-Hyunjin, desde que te conocí, supe que eras especial. Prometo amarte y apoyarte en cada paso de nuestra vida juntos. Eres mi luz en los días oscuros y mi alegría en los momentos felices-
Hyunjin sonrió, sintiendo cómo las palabras de Félix resonaban en su corazón. -Félix, tú eres mi refugio y mi razón de ser. Prometo serte fiel y amarte sin condiciones. Juntos enfrentaremos cualquier desafío que la vida nos presente.-
Los invitados aplaudieron suavemente mientras el sacerdote sonreía. -Ahora, por el poder que me ha sido conferido, los declaro marido y mujer. Pueden besarse.-
Félix y Hyunjin se acercaron el uno al otro, sus corazones latiendo al unísono. El beso que compartieron no fue brusco; fue un encuentro lleno de amor y pasión, un reflejo de todo lo que habían vivido juntos. Los murmullos de felicidad entre los invitados llenaron el aire mientras ellos se separaban lentamente.
Al final del beso, Hyunjin miró profundamente a los ojos de Félix y dijo: -Eres como mi sangre dulce.-Sus palabras estaban cargadas de emoción, resonando con la promesa de un futuro juntos.
Félix sonrió ampliamente, sintiendo una oleada de felicidad recorrerlo. -Y tú eres mi todo-respondió mientras abrazaba a Hyunjin con fuerza.
El sacerdote les dio su bendición y los invitados comenzaron a aplaudir con entusiasmo. La iglesia estaba llena de risas y alegría; era el inicio de una nueva etapa en sus vidas.
Mientras salían juntos, tomados de la mano, sintieron que el mundo entero les sonreía. Era un día perfecto para comenzar su historia como esposos.una historia que prometía estar llena de amor eterno y momentos inolvidables. Hyunjin iba a ser el más afortunado por tener a Félix y a su bebé.
