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Tengo que confesarte ahora, Nunca he creído en la felicidad.
Pero cuando me giré y mire tu órbita Estaba llena de vida, de tranquilidad. La más llamativa de todas, podría decir.
Fue tanta mi curiosidad, que busqué algo más. Cada hora, minuto, segundo, buscando ese "más"
No sabía que era o quién era, Solo sabía que lo amaría mi vida entera
Después de tanto buscar, Te pude encontrar. Tarareando una melodía, algo peculiar, Pero de tu voz, hermosa de escuchar.
Estaba inmóvil, incapaz de hablar No podía moverme, no podía escapar
Solo temblaba, no sabía que más hacer Desesperadamente intenté retroceder Pero mi cuerpo no se quería mover
Mi temor y mi miedo se reflejaron en mi rostro Te volteaste y me miraste. Con esos hermosos ojos fijados en mi, como tal obra de arte. Me puse a pensar, como puedo interrumpir tu canto? Con que descaro?
Con mis mejillas coloradas de la vergüenza, pedí perdón Perdón por verte sin tu permiso Perdón por escuchar ese canto divino
Esa hermosa risa, No merece ser escuchada por cualquiera Pero tuve la suerte de ser testigo de ella No me arrepiento, de ninguna manera
Poco a poco nos volvimos cercanos Incapaz de separarnos Permanecimos unidos
Reíamos, jugábamos y hablábamos Siempre juntos.
Mi vida era y es la mejor Eres mi hermoso creador El creador de mi felicidad El creador de mi amar Yo siempre te querré con lealtad
-Marte
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