Sin poder resistirse más, Jungkook hizo un movimiento decidido y capturó los labios de Jimin en un beso.
Fue un roce suave, casi un susurro entre los dos, como si el pelirrosa le estuviera dando permiso para adentrarse un poco más en ese mundo intoxicante que habían creado. Jimin no retrocedió, sino que se quedó ahí, disfrutando del momento, lo que hizo que Jungkook sintiera que el tiempo se detenia.
Pero fue solo un instante, un roce que se sintió como un destello de electricidad, antes de que Jimin se apartara, una sonrisa burlona aún jugando en sus labios.
—Ahora quiero un trago—dijo Jimin, su voz llena de desafío y complicidad, y Jungkook sintió que su corazón se aceleraba de nuevo.
Sin darle tiempo a que procesara lo que acababa de suceder, Jimin lo tomó de la mano y lo arrastró hacia la barra. La multitud los rodeaba, pero en su mundo, solo existían ellos dos. Jungkook apenas podía pensar en la música, las luces, o la risa del resto de la gente. Solo podía concentrarse en el calor de la mano de Jimin y la forma en que lo guiaba.
Una vez frente a la barra, Jimin se giró hacia el bartender con esa misma sonrisa arrogante que había llevado antes y pidió un trago fuerte, como si estuviera acostumbrado a conseguir exactamente lo que quería. Jungkook observó, hipnotizado, cómo la tensión entre ellos crecía, cada pequeño movimiento del pelirrosa lo atraía aún más.
Cuando el bartender le sirvió la bebida, Jimin tomó el vaso, lo alzó como si estuviera brindando, y luego se volvió hacia Jungkook.
—Es delicioso, ¿no? —dijo, guiñándole un ojo antes de beber. La forma en que llevó el trago a sus labios hizo que Jungkook se sintiera completamente embelesado.
—¿Eso incluye mis labios? —preguntó Jungkook, intentando mantener un tono ligero, aunque la necesidad en su interior era cada vez más palpable.
Jimin soltó una risa que resonó en su pecho y le acercó el vaso.
—Claro —contestó, provocador, antes de acercarse un poco más.
Mientras Jungkook intentaba controlarse ante los coqueteos descarados, una risa familiar interrumpió el momento.
Namjoon apareció detrás de ellos, con su mirada curiosa y despreocupada, su camisa estaba desecha y llena de lápiz labial. Venía serio, pero cuando sus ojos se posaron sobre Jimin, el ambiente cambió.
—¿Qué tenemos aquí? —preguntó Namjoon, acercándose ahora con una sonrisa amplia, pero al instante su expresión se tornó más seria al captar la mirada de su amigo.
Jungkook entrecerró los ojos, sintiendo una oleada de posesividad recorrerlo. Era un territorio peligroso, y Namjoon parecía estar captando la energía que emanaba de ellos.
Jimin, ajeno a la tensión que comenzaba a formarse, sonrió de vuelta, coqueteando sin vergüenza. Namjoon se detuvo un momento, admirando la belleza del chico frente a él, y una chispa de interés se encendió en sus ojos. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que notara la forma en que Jungkook se posicionaba entre él y Jimin, como un escudo protector.
—Oye, Jungkook, ¿te puedo robar a tu amigo un segundo? —preguntó Namjoon, aunque la forma en que lo dijo denotaba que no estaba del todo seguro de que realmente quisiera hacerlo.
Jungkook, con los músculos tensos y un instinto feroz de protección, mantuvo su mirada fija en Jimin. No quería dejar que nadie más se acercara. —No, gracias. Está bien aquí.
Namjoon se rió levemente, entendiendo el mensaje implícito. Había algo en el aire, una advertencia silenciosa que provenía de Jungkook. Él sabía que este terreno ya le pertenecía a su amigo, y la atracción que había sentido hacia Jimin se desvaneció ante el poder del vínculo que parecía existir entre ellos. Era un juego que no quería jugar.
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Fresita 🍓 +18 (𝗸𝗼𝗼𝗸𝗺𝗶𝗻)
Romance꒰🍓꒱ Jimin y Jungkook, herederos de familias mafiosas rivales, se encuentran por casualidad en un bar y sienten una conexión instantánea. Sin embargo, al descubrir la verdad sobre sus familias, deben enfrentar el odio que las separa. ¿Podrán su amor...