''Acá estoy, agarra mi mano''

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"Perdóname por haber llegado tarde, ahora no volveré a soltar tu mano"

Aquella misma mañana de aquel domingo, Aquino estaba viendo el chat grupal en el que estaba, se había quedado dormido en la noche anterior y no pudo leer todo lo que hablaban y... ¿Es necesario decir de lo que hablaban? Filtraban ese chat y hasta él era detenido por tantas barbaridades que lo incluían o se metía. Cambian brutalmente de tema, había estado notando patrones de conductas algo raros por parte de su compañero "inteligente", Duxo, jamás pensó que un estudiante tan ejemplar llegaría tarde como él, claro, no dice que cualquier estudiante que llegue tarde es porque tiene problemas mentales pero... Por parte de Duxo era raro, más por las ojeras mal tapadas que se le veía, ¿Tal vez el estrés académico? ¿O problemas personales? Aquino no quería meterse más en esa situación puesto que su salud mental estaba en juego también pero... ¿Cómo podías vivir sabiendo que la persona que amas está pasando por un mal momento?

Aquino había notado las señales mucho antes de que Duxo lo admitiera. Eran pequeñas grietas, apenas perceptibles al principio, pero con el tiempo, esas grietas se fueron abriendo, exponiendo el vacío que Duxo llevaba dentro. Las conversaciones entre ambos eran simples y flojas pero con él tiempo Duxo fue desenvolviendo más y mayormente con Aquino, él no podía sentir la distancia crecer, él no podía ver como un muro invisible que se levantaba entre ellos. Duxo había estado mejorando.

Aquino recordaba claramente el día en que Duxo llegó al grupo. Era reservado, un chico de pocas palabras y miradas fugaces. Al principio, se mantenía a distancia, como si temiera involucrarse demasiado, como si el contacto humano fuera un riesgo que no estaba dispuesto a tomar. Sin embargo, poco a poco, Aquino y el resto del grupo lograron derribar esas barreras. Las tardes en la cafetería donde Aquino laboraba, las salidas improvisadas al cine, o incluso las simples charlas nocturnas sobre la vida comenzaron a tejer una red de afecto entre ellos.

Duxo empezó a cambiar. Al principio, eran pequeños detalles: sonreía más, participaba en las conversaciones, se reía con ellos de las bromas tontas. Parecía que, por primera vez en mucho tiempo, estaba dejando que la luz entrara en su vida. Aquino se sentía orgulloso de ese cambio. Ver a Duxo abrirse y compartir partes de sí mismo le hacía sentir que había hecho algo bueno, que habían creado un espacio seguro para él. Pero también notaba algo más. Algo que corría por debajo de la superficie, una sombra que nunca se desvanecía del todo.

Hubo noches en las que Duxo, después de una charla aparentemente tranquila, se quedaba en silencio, mirando al vacío. En esos momentos, Aquino sabía que su amigo estaba luchando con algo que él no alcanzaba a comprender del todo. Él no sabía que el pasado de Duxo era oscuro, lleno de cicatrices que no se veían a simple vista, pero que, de alguna manera, siempre estaban ahí. Duxo lo había mencionado una vez, de forma vaga, hablando de su infancia como si fuera una época en la que prefería no detenerse demasiado incluso...

— Entonces, ¿Dice que fue alguna infancia de lo más normal? — Preguntó el peli café viendo a su amigo, estaban esperando a que Soaring terminara de probarse unas prendas de vestir para una disque cita.

— Se podría decir que si... Es algo que simplemente prefiero no hablar, fue normal y punto. —

— Oh, entiendo... No seguiré insistiendo si quieres, puesto que te vea incómodo hablando de eso. —

— ... Perdón por responder de esa manera, agradezco tu preocupación. — El contrario no había notado que en las mejillas del pelinegro se habían formado un difuminado de color rojizo suave, un leve sonrojo por la preocupación del contrario... Par de enamorados.

Los últimos días habían sido particularmente difíciles. Aunque Duxo seguía reuniéndose con ellos, Aquino notaba que algo había cambiado. Se reía menos, sus respuestas eran cortas, y cada vez parecía más distante, como si una parte de él estuviera ausente. Aquino intentó acercarse varias veces, pero Duxo lo esquivaba con la misma sonrisa vacía que ya se había vuelto demasiado común. Algo dentro de Aquino le gritaba que debía hacer algo, que no podía seguir viendo a su amigo desmoronarse sin intervenir. Esa voz se hizo más fuerte hasta que decidió no ignorarla más.

𝙉𝙖𝙢𝙚 𝙊𝙛 𝙇𝙤𝙫𝙚 - Duxino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora