Capítulo 8 Golpe de realidad

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Desde que regresamos a la casa Polly no me dirigió la palabra, en cambio, me di cuenta de que estaba pensativa, como si algo le estuviera rondando en la mente, también me intrigaba saber que era lo que mi madre le podría haber dicho, porque cuando fui a buscarla la encontré hablando con mi madre mientras tomaban el té.

Esa noche preferí darle su espacio, de todos modos, no tenía nada que hacer junto a ella, ahora tenía que concentrarme en idear un plan para dar vuelta las cosas, para que mi padre se diera cuenta de que yo era capaz de dirigir ese negocio.

No sé si la vida comenzaba a darme señales o quizá era una maldita trampa, pero esa noche mientras estaba en mi oficina bebiendo un trago y pensando en la vida misma, me entró una llamada de un número desconocido.

—Tiempo sin escuchar mi voz, ¿no es cierto Rowan? —escuché esa voz tan familiar, tan llena de recuerdos.

No sabía si cortar a la llamada, si debería de responder o simplemente quedarme en silencio escuchando lo que tenía para decirme, pero ni siquiera me dio tiempo a tomar alguna de las decisiones cuando continuó hablando.

—Sé que aún guardas rencor hacia mí, no espero que a estas alturas me perdones, ni siquiera pretendo disculparme, no estaría siendo sincero —habló con completa calma y noté por como soltaba el aire que estaba fumando—. Tengo un negocio que creo que podría interesarte, más allá de lo que pasó entre nosotros, siempre formamos un gran equipo y no creo poder hacer esto sin ti.

—De que se trata —respondí al instante directo al grano.

No me importaba el pasado, aunque es verdad que en mi interior quedó una profunda herida, pero ahora mismo tengo un objetivo y si para lograrlo a final de cuentas tengo que aliarme con alguien que no me agrada para nada, estoy dispuesto a hacerlo.

—Supe de tu problema, ese maldito imbécil, debo de admitir que es el tipo de hombre que no me gusta para socio, querer probar las mujeres que no son suyas —soltó una leve risa ronca.

 Me irritaba su actitud, pero de algo me había servido su llamada, ya que ahora sabía que lo que había ocurrido se estaba propagando y que si no empezaba a crecer los enemigos iban a multiplicarse.

—En fin, le llegará un cargamento, uno muy grande, son armas, también le llega una lancha con coca, son dos diferentes cargamentos, el armamento le llegará por la costa, mientras por tierra en unos camiones estará entrando el armamento —comentó en un tono relajado—. Tengo la ubicación de ambos, quiero que vayamos a medias.

—¿No puedes con eso tú solo? ¿Por eso me llamas? —pregunté entre risas.

—Puedes pensar lo que quieras —su voz se volvió más profunda y seria—. No voy a subestimar al enemigo, sabes perfectamente por qué lo odio, quiero verlo en la ruina y si debo de admitir que no puedo hacerlo solo para obtener tu ayuda, puedo hacerlo.

—No es necesario —me apresuré a decir—. Tú dirás cuando nos vemos.

Quizá aquello era correr bastantes riesgos, pero en este negocio todo eran riesgos y si quería que mi padre dejara en paz a Polly debía hacerlo.

Cuando corté a la llamada me quedé esperando, me envió un mensaje diciendo que me estaría esperando mañana a la tarde y la ubicación del sitio. Me fui a la habitación y cuando entre me encontré con que Polly estaba sentada al lado de la ventana.

—¿No puedes dormir? —me atreví a preguntar a lo que ella ni siquiera volteó a mirarme.

—No, es que no dejo de pensar en lo que ocurrió —dice de repente y se gira hacia mí—. Rowan, aún podemos arreglarlo, podemos hablar con ese hombre y llegar a un acuerdo.

Esposo CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora