El deseo melancólico del Demonio Venerable.

☆Capítulo 8☆

Desde que admitió que quería ver a Chi Muyao, las solicitudes de Xi Huawei solo se habían vuelto más extrañas.

Cosas como: quería que Chi Muyao le frotara las piernas porque se sentía incómodo por estar acostado todo el tiempo ...

Quería ver si el cabello de Chi Muyao era suave pero resistente porque su cabello era realmente suave pero resistente ...

Quería que Chi Muyao lo ayudara a abrirse la camisa porque sentía calor, etc.

Chi Muyao no pensó demasiado en ninguna de estas cosas.

Y así pasaron unos meses más así.

Al final de una sesión de cultivo, Xi Huai preguntó mientras Chi Muyao estaba usando la técnica de lavado simple: — ¿Por qué tus métodos de cultivo son un poco diferentes de lo que he aprendido?

Chi Muyao replicó: — ¿Pensé que no sabías mucho sobre las técnicas de meditación de la Secta He Huan?

Al escuchar que Chi Muyao estaba a punto de ir a meditar, Xi Huai soltó frenéticamente: — Tengo una amiga que ha estado antes con una discípula de la Secta He Huan. Vi los rasguños en sus brazos y espalda. ¿Por qué no tengo ninguno?

— No pude porque estás acostado boca arriba.

— Pero siempre tiene marcas rojas en la clavícula. ¿Por qué no me pasa eso a mí?

— Puedo pellizcar algunos para ti si quieres.

Obviamente, eso no es lo mismo.

Un poco frustrado, Xi Huai decidió preguntar directamente: — ¿No puedes besarme o tocar otros lugares antes de comenzar a cultivarte?

Esta solicitud tomó a Chi Muyao muy por sorpresa. Él respondió: — No quiero besarte. Podrías morderme la lengua.

Xi Huai guardó silencio por un momento. Con algo de perplejidad, preguntó: — ¿Por qué iba a morder tu lengua cuando me besas? ¿Tengo que sacar la lengua al besar?

Chi Muyao estaba completamente desconcertado por sus preguntas.

Qué niño tan inocente, ah. Obviamente, no obtiene nada más que los detalles más superficiales. Para él, el deseo significa un beso y nada más ...

Chi Muyao, ah, Chi Muyao. ¿Cómo pudiste hacer esto? ¿No tienes ningún sentido de la vergüenza? Mira lo que le has hecho a este niño.

— No puedo corromperte. — Chi Muyao de repente declaró firmemente con los puños cerrados.

— ¡¿Qué?! — Xi Huai estaba aún más confundido ahora. ¿Por qué no iban las cosas como esperaba? — Solo quería que ...

— ¡No! ¡No puedo hacerte algo así! ¡Entonces no seré diferente a un viejo libertino!

— ... — Xi Huai de repente se dio cuenta de que no entendía en qué demonios estaba pensando Chi Muyao. ¿Por qué sus conversaciones siempre resultaban tan extrañas?

Chi Muyao se sentó en el suelo y cruzó las piernas. Sin embargo, estaba demasiado preocupado rumiando sus acciones para empezar a meditar pronto.

Fue Xi Huai quien habló de nuevo: — Ya que te estás cultivando de todos modos, ¿por qué no elegir un método que sea más placentero? La forma en que te cultivas es tan aburrida. No hay forma de que todos en tu Secta lo hagan de esta manera, ¿verdad?

— Sí.

— No puedo creer que lo hayas admitido. Si toda la Secta He Huan hiciera las cosas de la misma manera que tú, la Secta se habría extinguido hace mucho, mucho tiempo.