(ex)novio ➪ hyunho-chanjin;;

no más solo

Hyunjin estaba teniendo un día complicado. Para empezar su turno había iniciado atendiendo a un niño que sufrió un accidente de auto junto a su madre, ambos estaban en una situación delicada, lo más triste de eso es que su familia (su esposo y sus otras dos hijas) estaban llorando rogando que los salven.

Eran cosas que seguían poniéndolo inquieto, se supone que debe ser profesional y no sucumbir a las emociones de sus pacientes. Así era este trabajo, pero Hyunjin no podía evitar sentirse mal.

Miró sus manos ensangrentadas mientras las limpiaba en el lavador.

Estaba cansado mentalmente.

Por suerte Felix estaba cerca y se encontraron.

—¿Tú recibiste al niño del auto? —Le preguntó Felix.

—Sí, están atendiendo su hemorragia. 

—Dios, perdió mucha sangre el pobrecito —le dijo en un tono triste mientras miraba los restos de sangre correr.

—El doctor Kim dijo que podría necesitar muchas transfusiones. Sus padres no pueden costearlo.

—Podría morir —murmuró Felix.

—Si se acaba la sangre sí, quizás podríamos encontrar a un donante.

—Con suerte...

Hyunjin detectó cierto recelo en la voz de Felix, pero no dijo nada al respecto.

—¿Y tú estás bien? Estoy pensando que venir al trabajo es ahora como un día de estudio para ti. Da igual si vienes o no —bromeó Hyun.

—Hablé con el jefe. Me dijo que por el momento el trabajo es controlado y que no me necesitan con urgencia. Le expliqué mi situación.

—¿Y aceptó sin más?

—No hasta que mencioné a Minho —se rió Felix.

—Vaya, tu esposo sí que tiene influencia —sonrió Hyunjin intentando no recordar a ese hombre y sus dos neuronas poco funcionales.

—Estoy tomando como unas mini vacaciones. Y bueno, eso no significa que no vendré. Lo haré.

—Al menos ya no soy el único al que has abandonado —le respondió Hyunjin en un tono acusatorio.

—Jinnie —pronunció con culpabilidad.

—Ya sé lo que dirás, que con la boda no tienes tiempo para nada.

—Yo... Ah... Sí, tienes razón, lo siento. ¿Me estoy obsesionado un poco?

—Te diría que sí, pero en tu situación es normal que estés sobreemocionado.

—Gracias —sonrió. —Ven aquí, quiero abrazar a mi mejor amigo.

Ambos se fundieron en un duradero abrazo.

—Oye, por cierto —Felix lo alejó, separándose. —¿Qué sucedió con Minho? Cuando hablamos por teléfono no me lo explicaste bien.

—Ah. Pues... Cuando iba saliendo del hospital vi un escándalo en toda la entrada y pensé que era algún herido. Me acerqué a preguntar y cuando vi que era tu prometido casi me caigo de cara. Fue un poco gracioso, estaba balbuceando cosas ininteligibles y no podía mantenerse en pie. Bueno y él me reconoció. Los doctores me pidieron que me lo llevara. Fue ahí cuando lo llevé a casa y después te llamé varias veces, pero no respondiste.

—Minho es así de tonto cuando bebe, por eso se supone que él no lo hace. No sé qué habrá pasado. ¿Te dijo algo?

Dijo más que algo, pensó Hyunjin.