Generalmente mi esposo y yo celebramos nuestros cumpleaños e indistintamente de quien sea el festejado, vamos algún hotel y tenemos sexo.
En esta ocasión para mi cumpleaños 38, mi esposo me invitó a comer, la pasamos muy bien comimos, bebimos y bailamos.
Pasadas algunas horas mi esposo me dijo quiero llevarte a un hotel para darte tu regalo.
Hasta ahí yo creía que hablaba de su verga que ese era el regalo que quería darme.
A lo cual accedí y entre risas salimos rumbo al hotel. Fuimos a un hotel por la zona de Viaducto CDMX.
Llegamos metimos el auto como siempre, bajó la cortina y subimos a la habitación.
Yo llegué y me senté en la cama, me quité los zapatos y empecé a desvestirme llevaba preparado un baby doll rojo muy cortito, con un escote amplio que solo cubría mis pezones, la espalda descubierta y más abajo una tanga de hilo que dejaba ver a simple vista mis nalgas.
(Eso le encanta a mi esposo)
Yo notaba a mi esposo medio raro como nervioso, pero él es así cuando quiere sorprenderme.
En eso mi esposo me estira los brazos como llamándome para abrazarme, me acerque a él y me pide que me siente en una silla junto a él.
Y me pregunta, si llegara alguien te animarías a recibirlo, así como estas vestida o quisieras ponerte tu ropa.
Yo creí que el bromeaba y quise seguirle la corriente y le dije que, así como estaba, me sentía cómoda.
Yo pensé que pediría servicio a la habitación y que por la ventanita en la que entregan las cosas tal vez se podría ver algo.
El hizo una seña con la mano y de momento se escuchó música del baño un joven vestido de policía.
Un hombre musculoso y la verdad si estaba muy guapo, el joven comenzó a bailar frente a mí. Que para ese entonces me encontraba sentada junto a la mesita del cuarto, mi esposo me pidió que me levantará para jalar la silla y colocarla en el centro de la habitación.
El stripper se acercó a mí al ritmo de la música puso sus manos sobre mis rodillas y dio la vuelta para dejarme ver su par de nalgas duras y bien formadas posiblemente por el ejercicio.
Se sentó en mis piernas y pude sentir sus nalgas y oler su loción, él se movía lento al ritmo de la música mientras me tomaba de las manos y hacía que yo lo tocara.
Se levantó y giro de frente a mí y en un solo movimiento arrancó la parte frontal de su pantalón y quedando en una especie de short diminuto que me dejaba ver ese delicioso paquete que tenía en su entrepierna. se agachó frente a mí y acarició mi rodilla y recorrió mi pierna hacia abajo hasta mi tobillo.
Nuevamente se giró dándome la espalda y se agachó lentamente, en esa posición yo podía ver nuevamente sus nalgas.
(Mejor dicho, sus hermosas nalgas) el me pedía mediante señas que lo nalgueará y mi esposo gritaba y me animaba hacerlo, a lo cual accedí sin demora y confieso que me gustó, como él estaba agachado comenzó acariciar unos de mis pies y de momento lo levantó en un movimiento medio brusco al mismo tiempo que cerró sus piernas atrapando mi pie en su entre ellas, yo podía sentir sus testículos en mi pie. (lo cual me excitaba)
Yo ya había estado en alguna ocasión en una despedida de soltera con una amiga, pero nunca había sido yo el centro de atención de un stripper y mucho menos que yo estuviera junto a él casi desnuda. Lo cual me hacía sentir sentía excitada y me estaba calentando.
El show continuó y el joven desnudo su pecho dejándome ver su abdomen bien formado. siguió moviéndose al ritmo de música, pero esta vez poniéndose de tras de mí.