Desde el principio de mi existencia supe que tendría que estudiar historia. Mi mamá siempre decía que me salvaría en tiempos de crisis.
Bueno, gracias ma.
Quirón y el hombre de playera contemplaban a Annabeth serios. Yo sabía que ahora pasaría algo grande. Conocía bien las historias de Grecia.
-Estamos ante algo que no podremos ver, me cuesta entender la conexión.
-Soy un peligro-murmuré.
El de la playera asintió viéndome nervioso.
-¿Quién es usted?-pregunté curiosa.
-Dionisio, el señor D. Lucy.
Sonreí.
Tenía razón.
La puerta se abrió dejando ver un Nico agitado, lucía cansado y noté por primera vez cuán grandes ojeras tenía. Me sentí culpable al principio pero me relajé al verlo sonreír cuando me miró.
Se fue a mi lado y me sentí segura.
-Ahora que estamos todos, quiero saber de nuevo qué se nos presenta en esta ocasión.
-¿Qué pasó?-preguntó Nico curioso.
Percy aclaró su garganta.
-Hay una nueva profecía.
Le pasé el papel que tenía en mano. Lo leyó y después me observó meditabundo.
-También vino un nuevo-pronunció cuidadosamente dirigiéndose a Quirón.
-Pero dice expresamente una chica-respondió el centauro.-Señorita, ¿sabe algo de esto?
-Llegué ayer.
Asintió en su silla de ruedas.
Era raro ver a un centauro en silla de ruedas, sinceramente extraño. Todavía me pregunto cómo entró ahí y cómo hace para salir. ¿No le duele?
-Entonces en una hora empezarán tus lecciones de lucha, aprenderás más rápido que otro semidios. Ahora, retírense. Tenemos mucho que pensar.
Jason abrió la puerta y salimos uno por uno hasta que él cerró la puerta detrás de sí.
Nico yacía a mi lado pensativo, le resultaba de seguro extraño que participase en una de las reuniones. Los chicos me habían hablado de él durante el trayecto a la cueva de Rachel, que por cierto no estaba muy cómoda que digamos.
Leo me sonrió y caminamos hacia la sala de entrenamiento. Ahí estaban otros semidioses, se reían y luchaban entre sí. Distinguí al capitán de Fútbol, mi estómago se revolvió un poco.
-¡Hola!-saludó un chico alto divertido, se parecía a con quien luchaba.
-Son los Stoll, hijos de Hermes-mencionó Percy divertido.
-Y ese de allá es Will Solace, hijo de Apolo-agregó Annabeth.
-Ella es Clarisse, hija de Ares. No te le acerques nunca-advirtió Jason.
Asentí temerosa.
No hay problema, no soy fan de los hijos de Ares.
Habían otros semidioses pero mis amigos no quisieron presentármelos. Resultaba extraño pero me conformé con los que conocía en el momento.
Percy destapó una lapicera y esta se convirtió en espada, Jason hizo lo mismo pero con una moneda. Nico sólo tenía que sacarla de su cinturón. Leo, Annabeth y Piper se abstuvieron de sacar sus armas que tal vez no tenían o no y Frank se sentó en el piso.
ESTÁS LEYENDO
El baile del Encuentro (Nico Di Angelo)
ФанфикUna mordida, una patada voladora. Una semidiosa, una espada. Cantares y sencillos. La expansión del one-shot de Nico di Angelo. Señoras y Señores, cambio y fuera. Pero no por ahora. Esto es un cross-over de todas las sagas de Rick Riordan.