Instinto de Bestia

Capítulo 3

Sango trago saliva con dificultad, no sabía que querían decir aquellas palabras, pero calentaron su corazón.

El demonio se sentó en el suelo llevándose consigo a la exterminadora y la sentó a horcajadas en él.

Inuyasha no perdía detalle de su rostro angelical y ruborizado, la chica siempre ha sido preciosa pero nunca supo cómo decirlo.

Aún se pregunta cómo fue que entró de aquella manera en su corazón, en el como pudo olvidar aquella promesa que le hizo al mismo destino después de 50 años de vida.

Mejoro su comportamiento, dejo de desconfiar en los humanos e hizo amigos los cuales son los mejores del mundo, amigos de verdad.

Acaricio su rostro con dulzura.

—Eres tan hermosa

Una sonrisa surgió en los labios femeninos.

—Gracias

Con su nariz recorrió el cuello de la chica aspirando su olor, aquel que lo volvía loco desde su regreso.

Con sus manos recorrió sus brazos, todo su cuerpo le erizaba la piel de la chica nerviosa solo podía observar el rostro del demonio que no perdía detalle de su cuerpo.

La exterminadora desató la hakama del demonio, el cual la ayudó con una sonrisa ladeala.

Sango al ver el miembro del híbrido, su rostro se sonrojó a más no poder. Acercó su mano para tocarlo, quería sentirlo en sus manos, dándole placer como él le hizo a ella.

Tocó la punta, el demonio se estremeció ante el toque y soltó un leve jadeo y Sango sonrió. Detuvo su exploración.

—¿Qué pasa...? —dijo con voz temblorosa.

—Quiero que lo disfrutes, será luego

Beso su mejilla, dejando besos regados hasta su cuello donde se entretuvo más haciéndola gemir.

La acomodó mejor sobre su cuerpo, tomando su miembro y rozando la punta desde el clítoris de la chica hasta su entrada húmeda, volvió a gemir.

—Lo harás a tu ritmo

Volvió a pasar la punta por sus pliegues húmedos para lubricarla.

—Inu...

—Shh... Entraré despacio

Asintió mordiendo su labio. Se fue introduciendo en su interior poco a poco. Veía muecas en su rostro, en verdad era grande. Sentía un poco de ardor, no estaba acostumbrada.

Era su primera vez.

Un gemido de dolor salió de sus labios y sintió un pinchazo. El olor a sangre hizo que alzará la mirada a la de ella, su precioso rostro angelical estaba descompuesto por el dolor.

—Sango... perdóname, mi amor... soy... soy un bruto...

La joven al escuchar aquel apodo cariñoso del demonio hizo que olvidará el dolor que sentía.

—Tranquilo... Estoy bien

—¿Estás segura?

—Si...

—Cuando estés lista, muévete

Espero unos segundos, respirando profundo. Enganchó sus brazos alrededor del cuello masculino. Empezó a moverse despacio sobre él, jadeando levemente. Inuyasha la agarro por la cintura ayudándola con sus movimientos, gemían juntos.

Sango tomo la nuca del demonio y estampó sus labios con los de él en un rudo beso y a la vez apasionado. Movía sus caderas aumentando el ritmo, despeinado el cabello plateado de su amante, admirando sus muecas de placer y sus roncos gemidos y el como repetía su nombre.

Inuyasha apretó con una de sus manos uno de los senos de Sango, jugando con su pezón erecto. Sus gemidos se volvieron más fuertes, él pasaba su lengua en la parte derecha del cuello femenino, preparándolo para marcarla como su Hembra.

Sus colmillos rozaban la zona y el orgasmo estaba cerca. Tomo su cadera, adentrándose en su interior con más fuerza, arrancándole gritos de placer a su amante.

—¡Ah! Inu...

Gritaba sin parar, sentía como las paredes vaginales de la chica lo apretaban. Sango no apartaba la mirada del híbrido con su boca entreabierta.

El rostro masculino tenía un leve sonrojo en las mejillas, sus pupilas oscuras del deseo. Un calor sofocante fue expandiéndose en ambos cuerpos. Un grito de placer y dolor se escuchó de la garganta de la chica cuando Inuyasha mordió con fuerza el cuello femenino y ambos se corrieron juntos.

Con la respiración entrecortada Sango se llevó la mano al cuello viendo interrogante al híbrido. Ella sabía el por qué la mordió, pero quería escucharlo de su boca.

—Inu... ¿por qué me mordiste?

—Esa marca significa que eres mía

Continuará!!