Warcraft: Un Viaje Diferente

⚜️La Alianza (1)⚜️

Arthas Menethil:
(Algunos años después de la Destrucción del Portal Oscuro…)
En el Reino humano de Lordaeron…

Arthas, ese era el nombre del hijo del Rey Terenas II un chico muy dulce y amigable si sabías bien como buscar, el niño era también muy humilde pese a su muy prestigiosa posición como príncipe heredero del Reino de Lordaeron y también según muchos era muy hiperactivo y gustaba mucho de hacer diferentes travesuras, sin embargo, Arthas rara vez podía hacer tales cosas por lo extremadamente sobreprotector que era su padre con él, más aún que con su hermana dos años mayor: la Princesa Calia.

Pero aún así, las pocas ocasiones en las que el príncipe salía del castillo siempre intentaba hacer nuevos amigos, aún si éstos no fueran de la nobleza. De hecho, Arthas encontraba muchas más amistades verdaderas entre las gentes de menor estatus que en los opulentos hijos de la nobleza, no es que esos chicos fueran malos solo era que se sentía muy falso hablar con ellos.

Fue en uno de estos pocos días de libertad que, acompañado por su amigo Jarim, pudo ver lo que el padre del mismo, un criador de los caballos de la realeza de nombre Jorum Balnir, llamaba “el milagro de la vida” y valla que el príncipe recordaba eso perfectamente, pues ese “milagro” no era nada más ni nada menos que el parto de una yegua, Crin Brillante para ser más precisos. Arthas mismo había ayudado al animal para dar a luz a su pequeño potro el cual después de nacer Jorum se lo dio como regalo. El príncipe heredero se había quedado hipnotizado por el animal y su increíble belleza, un corcel digno de acompañarlo cuando creciera, era lo que él había pensado y ya solo con el pensamiento de poder recorrer largas praderas verdes a lomos del animal Arthas quería ya que este creciera, pero después del parto fue cuando Sir Uther, amigo de su padre y Protector personal del Rey, apareció solo para llevárselo de ahí y avisarle de la caída de Ventormenta.

Los días que prosiguieron a ese estuvieron muy cargados de actividad y múltiples reuniones y preparativos para la guerra que se les venía encima, tenían que vencer a unos extraños seres llamados orcos, según el mismo espió: eran criaturas de piel verde y ojos rojos como la sangre que según Anduin Lothar tenían una furia sin igual y eran muy difíciles de combatir para los humanos, estos mismos orcos habían arrasado con la ciudad capital del desintegrado Reino de Azeroth y según él no faltaría mucho para que atacaran también Lordaeron, cosa que Arthas le aterró solo de pensarlo. Al final la situación desembocó en la creación de La Alianza, una orden de unión no sólo para los reinos del hombre sino que también para los enanos, gnomos y algunos altos elfos que sería liderada por el mismo Anduin Lothar.

Multitud de batallas sucedieron mientras Arthas vivía en el castillo, alejado de la guerra que sucedía en el sur y pese al miedo y pesar constantes que el príncipe tuvo durante esos días, él los recuerda bastante buenos sobretodo por la presencia de Varian Wyrm, Príncipe del Reino Caído de Ventormenta. La estancia del joven príncipe era más que bienvenida según Arthas, después de todo, muy pocas veces pudo jugar o estar siquiera hablando con alguien de su misma edad y estatus, y pese a que al principio Varian parecía un niño muy tímido (por el trauma creado después de la muerte de su padre) con el tiempo mostró otra fase muy diferente (más salvaje y animado y mucho menos triste) de él mismo. Fueron en muchos de esos juegos que Arthas se enteró de que Varian había recibido adiestramiento militar desde muy niño y en momentos como ese odiaba a su padre por alejarlo de todo lo que tuviera que ver con la guerra porque perdió cada práctica con espadas que tuvo, aunque de las derrotas y humillaciones que recibió aprendió mucho hasta el punto en el que ya acabada la Segunda Guerra Arthas por fin pudo vencer un solo duelo contra su buen amigo Varian (dejando el marcador 234 a 1).

El príncipe se tuvo que marchar cuando ya el Portal Oscuro había sido destruido para que él regresara con los refugiados a su reino para ser reconstruido y él y Arthas tuvieron una despedida vastante emotiva en la que prometieron volver a verse y cuando lo hicieran tomarse un trago si ya eran mayores.