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𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐄𝐑𝐄𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐌𝐈...

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Su pecho se elevaba suavemente, de su boca caía montones de saliva, su cabello desordenado tapándole todo el rostro. Los ronquidos de Quackity no habían dejado dormir a Vegetta toda la noche, a pesar de dormir en habitaciones diferentes, era como si hubiera un poseído en la casa. Probablemente fueron el terror de los vecinos.

Soltó un bostezo y se levantó de la cama para apagar la alarma que sonaba en la mesa de luz, se frotó sus ojos y se limpió la saliva de su boca. Estiró sus músculos y tomó la máscara de la mesita de luz y se la colocó en el rostro. Se acercó al armario y recogió su clásica chamarra azul junto a su beanie, solo por esta vez usaría pantalones, amaba usar shorts porque Karmaland siempre es caluroso, pero aquí en el callejón Diagon se le estaban congelando los huesos.

Salió de la habitación buscando a Vegetta, hasta que lo vio arreglando su traje. Soltó balbuceos de quejas, pensaba que desayunarían aquí, no que apenas se despertara tendrían que ya ir a comprar cosas para la escuela. Estaba por tirarse al suelo para dormir, pero fue arrastrado de la chamarra por Vegetta por todo el hotel hasta la salida donde lo soltó en el suelo causando que se golpeara contra el suelo.

—A despertarse, que hoy tenemos un largo día —las quejas no se tardaron en oír— Te compraré una mascota mágica en aquella tienda si no haces el tonto hoy.

—¡AY! Tengo muchas ganas de ser productivo —se puso recto como tabla— Yo digo que ya vayamos buscando todo.

El oji morado negó y comenzaron a caminar por el Callejón en busca de la tienda de túnicas. Quackity miraba curioso, intentaba escaparse algunas veces para ir a investigar pero siempre Vegetta terminaba regañándolo tomándolo por la chamarra para que no se vaya a ninguna parte.

Levantó la mirada viendo el local, "Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones". Volteó a ver a Vegetta que parecía que sufriría un brote psicótico por la asimetría del local.

—N'ombre Vegetta, como le vas a tener miedo a un local porque está mal construido —se burló Quackity— Ya deja, mejor entro yo, tú ve a buscar los útiles. Dame el dinero.

Vegetta desaparece en unos segundos dejando al mexicano solo. El chico entra en la tienda viendo los distintos tipos de telas y trajes, ninguno le llamaba la atención hasta que vio un negro azulado. La señora que fue a recibirlo casi le da un ataque cardiaco cuando lo vio viendo la túnica como un loco.

—¡H-Hola jovencito! ¿Empiezas Hogwarts? —preguntó dulcemente la señora.

—Así es, me gustaría que mi túnica sea de este tono, un negro azulado —sonrió debajo de la máscara.

𝐌𝐔𝐃𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃| 𝘏𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘗𝘰𝘵𝘵𝘦𝘳 & 𝘘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora