—Ya han pasado dos semanas… Camus aún no regresa.— Comentó Milo, observando una ventana que daba al exterior; el cielo era rojo, el frío cada vez subía y el viento era una tormenta que arrasaba con todo. Esperaba que dentro de todo ese caos, apareciera su amado; no le importaba si traía a Nike consigo, solo quería tenerlo de vuelta.
—Recuerda que Camus se iba a infiltrar como un espectro más; quién sabe que tardará aún más.— Comentó Saga, en su corazón también sentía miedo y rogaba que pronto apareciera el francés. Pero debía mantener la calma por el bien de su diosa y del propio Milo. Pues, si demostraba su propia angustia, no contribuiría en nada.
La única alegría que tenía cerca era su hijo, un pequeño de 6 años, muy callado pero cariñoso. Ese niño le dio la esperanza de vivir cuando perdieron todo, y tenía el sueño de que algún día su pequeño viera lo hermoso que alguna vez fue el mundo.
—Cuando Camus regrese, le daré este nuevo collar…— Dijo con emoción el menor, su intento de collar era una piedra especial que estaba en ese templo y se podía encontrar en su interior, y un pedazo de lana tratando de envolverlo.
—Estoy seguro de que le gustará.— Hablo cariñosamente Saga, acariciando los suaves cabellos de su hijo. Un tierno momento que fue interrumpido por la molestia de Milo.
—Sabes que todo lo que venga de ti será repudiado por Camus; a estas alturas ya deberías saber que te odia.—
—¡Milo!— Saga no iba a permitir que el caballero ofendiera a su pequeño, así que lo tomó de la camisa y estaba por golpearlo, hasta que su diosa los interrumpió.
—Saga, Milo… Basta ya.— Dijo la joven, apenas caminando; Saga fue el primero en preocuparse al ver a su diosa, aún estaba mal y no podía estar de pie, debía mantener reposo.
—¡Saori!— El pequeño corrió hasta la joven para abrazarla; para el pequeño, esa joven era su lugar seguro después de su padre. Pues, en todo ese caos, el cosmos, aunque tenue de la diosa le daba esperanza, y no solo al pequeño, sino también a los caballeros restantes.
—No deberías decirle esas cosas a Calix… Aún es muy pequeño para entender las circunstancias de su nacimiento.— Comentó la diosa con cierta seriedad, y aunque tenía pocas fuerzas, hizo el esfuerzo por cargar al menor entre sus brazos.
—Es la verdad… Y es mejor que se dé cuenta ahora de que Camus no lo ama y nunca lo hará.— Esas últimas palabras causaron que las lágrimas brotaran de los ojitos del menor. Saga estaba por lanzarse sobre Milo, pero una explosión cerca de donde estaban los detuvo.
Tanto Saga como Milo sintieron la presencia enemiga; inmediatamente, Saga tomó al pequeño y corrió hasta una habitación secreta en el templo. En esa parte, una pared se abrió e inmediatamente el caballero de Géminis metió al pequeño ahí; la habitación era estrecha y oscura, pero lo suficientemente segura.
—Papá…— El pequeño tenía miedo, pero su padre, al ver la circunstancia, no tuvo tiempo de explicarle lo que sucedía.
—Pase lo que pase, no salgas de aquí. Es una orden… No hables, mucho menos grites. ¿Entendido?—
—Pero…— El pequeño quería ir tras su padre, sin embargo, no pudo dar siquiera un paso; Saga cerró la pared que ocultaba esa habitación.
—¿Calix está seguro?— Cuestionó la diosa.
—Sí…— Aseguró Saga y se puso delante de su diosa.
—Esta será nuestra última batalla Saga, por favor, tienen que sobrevivir.— Suplicó la diosa, a lo que Saga asintió sin mucho pensarlo.
—¡Mierda! Realmente nos encontraron... Afuera están Minos y Radamanthys.— Dijo Milo, más que molesto. Estaban rodeados y ahora solo quedaban dos caballeros. Y los dos debían garantizar la seguridad de dos personas: Athena y el hijo de Saga. Pero no sabía cómo iban a lograrlo.
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Un destino perdido [MiloxCamus]
FanficUn nuevo astro surge en el firmamento. Reencarnando en un joven de ojos azules como el cielo y cabellos dorados, lleva en su sangre el legado y el espíritu de los caballeros. Milo de Escorpio y Camus de Acuario, dos caballeros y amantes, se ven arr...