III

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Luego de un par de días Joy finalmente pudo conocer al tan mencionado chico. Meg la llevo a un pequeño parque donde esperándolas se encontraba un muchacho de ojos plateado y cabello rubio mostaza.

—Tu debes ser Joy. Un gusto, soy Spring. —Le ofreció su mano junto a una sonrisa amable.

—El gusto es mío Spring, Meg me ha contado mucho sobre tí. —Dijo con gentileza mientras correspondía el saludo.

—Cosas buenas espero.

El chico río, recibiendo un codazo juguetón de parte de Meg.

—No tienes la menor idea.

Los tres pasearon por eso parque un rato, hablando tranquilamente mientras la luz de la tarde temprana los iluminaba. Cuando el sol se volvió demasiado decidieron irse a sentar bajo la sombra de una gran árbol para seguir platicando. El pasto debajo estaba fresco y era cómodo a pesar de su aspereza.

—Y pues si, entonces también soy fontanero —Continuó Spring, sentado sobre una rama —, cuando se trata de trabajo ahí si es lo que caiga. Un día le ayudas a Don Toño en su puesto, otro andas arreglando tuberías y puede que el siguiente incluso laves coches. Pero igual yo agradezco cuando cae chamba, porque así uno se gana la vida al fin y al cabo.

—Wow...

Joy estaba más que consciente de su posición cómoda como una muchacha de la alta sociedad, perteneciente a una de las familias más ricas del lugar. También sabía de la posición económica de Meg y eso le hacía preguntarse si eso no hacía más que agrandar la brecha entre ambas. Y no hay que mal entenderla, ella sabe perfectamente que las diferencias económicas no deben interponerse en el cariño sincero de las personas. Ya ha visto suficientes películas y telenovelas para saberlo. Pero eso quita el hecho de que se sintiera un poco... Fuera de lugar, tal vez, si esas eran las palabras correctas.

Al fin y al cabo, Spring era alguien humilde y trabajador, habiendo pertenecido siempre a la clase baja y habiendo vivido con Meg, por supuesto que ambos tenían mayores experiencias compartidas con las que podían identificarse mutuamente, eran muy similares y tan diferentes a la vez Pero de modo complementario. Y ella... Ahí estaba, teniendo el mundo a sus pies y sin ser capaz de apreciarlo como debería. Tal vez el abuelo tenía razón sobre ella. Era la alegría de la familia pero nunca estaría satisfecha.

—Y... ¿Hay algún trabajo que te sea más complicado que otro? —Preguntó para ahogar sus pensamientos.

—Pues... Honestamente a veces el de fontanero, no es que sea difícil arreglar las cosas. Solo que siempre hay uno que otro cliente difícil. Gente que no se les puede complacer con nada, ya te imaginarás.

Joy asintió en entendimiento.

—Hablale de lo que haces Spring —Animó Meg.

—De lo que... ¿Hago? —Spring ladeó la cabeza.

—¡Tu talento musical, Estropajo!

—¡Cierto! Meg me dijo que rapeabas ¿no es así?

—Oh ¡Oh, claro, claro! —Carraspeó un poco —. Bueno pues es solo un pequeño pasatiempo a decir verdad, nada especial.

—Es el mejor, solo que es muy modesto.

—Que puedo decir, me gusta improvisar —Dijo mientras se rascaba la nuca con un ligero sonrojo.

—Bueno que tal si muestras lo que sabes. —Joy comenzó un torpe ritmo de beatbox.

Meg no pudo evitar sonreír.

Spring cerró los ojos y empezó a mover la cabeza al compás.

—Lo que hay adentro, es un momento. No puedes frenar los sentimientos. Aquí en el parque, hay un silencio... El día pasa junto con el viento. Sentado estoy, rapeando voy... junto a las bellas Meg y Joy. —Las miró guiñandoles el ojo.

Ambas rieron un poco. Joy siguió con su beatbox mientras que Meg daba golpecitos con la palma de la mano en su pierna.

—En el gran árbol, todo es belleza, los problemas se van de tu cabeza. Estarás bien, en la naturaleza. Que de eso no te falte certeza.

Al final del rap Joy hizo un solo de beatbox para concluir la interpretación musical. Los tres terminaron riéndose, carcajeandose.  Tanto que incluso Spring se cayó del árbol.

Las dos se acercaron a él.

—Ay por Dios, Estropajo ¿Estás bien?

Spring las miró y luego volvió a reír. Joy le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse y él la tomó.

—Eso fue genial. Sabes, tienes talento para el beatbox, Joy.

Ella rió.

—Sabes, no tienes que ser amable, solo lo hacía por diversión

—Al igual que yo al rapear. Vamos, deberías darle una oportunidad.

Joy se vió pensativa unos segundos.

—Mmm, puede que lo intente, gracias.

Meg los veía a ambos sin poder reprimir su sonrisa. Nada le hacía más feliz que pasar tiempo con ambos.

Joy también estaba feliz, esa tarde había sido fantástica. Y deseó que esa felicidad durara para siempre.

She likes a Boy [Megoy] FnafhsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora