El sonido de metal en movimiento sonaba conforme el enorme portón se abría, la lluvia golpeaba las barras en un ritmo desentonado. Una vez ya nada impedía el paso, la limosina entró al jardín de la mansión. Joy comenzó a despertar, aún con su mejilla pegada al vidrio, tal vez dormirse de esa forma no había sido lo mejor, ahora no podía sentir esa parte de su cara. Se despegó de ahí viendo con ojos somnolientos como se iba acercando más a la mansión. La lluvia se había intensificado pero eso no era algo malo.
Joy aún tenía sueño, pero esperaría a estar en la comodidad de su cuarto para volver a darse una pestañita.
Le abrieron la puerta y ella bajó, Gina la acompañó hasta la entrada asegurándose de cubrirla con el paraguas. Una vez las puertas abiertas, ambas avanzaron dentro del salón principal. Sus pisadas hacían eco en las blancas paredes, el único sonido en todo el lugar. Avanzaron por las amplias escaleras centrales hasta el segundo piso, recorrieron largos pasillos hasta llegar al cuarto de Joy, donde se despidieron en la puerta. Tras haber entrado Joy se lanzó a su cama y contempló el techo de esta.
Le gustaba Meg, le gustaba mucho. Eso lo tenía claro ya. Y era hora de afrontar las implicaciones que eso traía a su vida:
Le gustaba una chica.
¿Cómo debería reaccionar ante eso? Ella había leído y había visto mucho. Lo suficiente como para saber que no había nada malo con eso, pero entonces... ¿Por qué aún así no podía evitar sentir cierta incomodidad al respecto? ¿Por qué que sentía un hueco en el estómago? ¿Acaso era miedo? ¿Miedo a qué?
Una parte de ella lo sabía, pues entendía que no todas las personas eran tan abiertas de mente y su familia no era la excepción siendo la mayoría conservadores que los habían alienado, a ella y a su primo, a un estilo de vida lleno de lujos pero también de limitaciones y expectativas, algunas más absurdas que otras.
Su primo.
Tal vez podría hablar con él ¿Por qué si no con él con quién más? Bon de seguro estaba ocupado y dudaba que la dejaran salir de la mansión, más encima con la tormenta. Necesitaba hablarlo con alguien. Y quién mejor que aquel con quien compartía la jaula de oro.
Joy salió de su cuarto y caminó hasta la puerta de la habitación de Golden, la cuál por suerte no se encontraba lejos. Tocó suavemente y esperó.
Unos segundos después Golden abrió la puerta, Joy le sonrió, aunque la manera en que lo hizo emanó cierta tristeza, lo cual no fue desapercibido por su primo.
—¿Joy? ¿Qué sucede? ¿Necesitas algo?
—¿Podemos hablar? Necesito una charla de primos... Cómo las de antes —Su voz era casi un murmullo.
—Pero claro, pasa —Golden se apartó para dejarla pasar.
Joy entró al cuarto y se sentó en la orilla de la cama, como solía hacerlo, Golden cerró la puerta y fue sentarse a su lado. El rubio miró a su prima en silencio, esperando a que hablara. Joy suspiró.
—Bueno, lo que pasa es... Es que yo... —Volteó a ver a su primo y en la mirada de él no había más que comprensión y paciencia. Más el nudo en su garganta no se iba. —Es complicado.
—Esta bien, tómate tu tiempo ¿Quieres un vaso de agua?
—No gracias, así está bien —Su amabilidad le dió la confianza necesaria a Joy para hablar. —¿Qué harías si tú... si te gustara...
Él la miro invitandola a continuar. Joy respiró profundo, cubriendo su rostro con su cabello a manera de manto y apretando sus ojos, hasta que al fin decidió abrir uno.
—...Alguien de tu mismo género?
Golden enarcó las cejas y entreabrió la boca. No respondió al inicio y Joy sentía su estómago hundirse con cada segundo de su silencio.
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She likes a Boy [Megoy] Fnafhs
FanfictionEstaban sentadas en el autobús escolar. La conversación era amena, el ambiente cálido a pesar del aire fresco mañanero, y ella tan perfecta. Todo era perfecto. Hasta que se pusieron a hablar de chicos. Meg habla de lo alto que Spring es. Ahora Joy e...